domingo, 23 de febrero de 2014

Ciudad de Alfanje...


Ciudad de Alfanje

 

Duermes, entre diamantes, en ese azul inmenso

que te ha sangrado el Ego y la sed de silencio.

Tiento a tu sueño y me estremezco...

He aprendido a besarte sin Beso, a acicalarte los labios con los dedos 

y mi pequeña niñita culpa.

Duermes y no sabes, que yo: escribo mi intención con la boca desnuda.

Que yo, velo tus noches en mi ciudad de alfanje

y ahora soy la del aire y la que aún, no has besado.

 

Sueñas y no sabes:

que mi antes de ti era un caos.

Que en esta tierra domada, en esta horma mía,

anhelaba ser cima y era un mero incendiario.

Era, mi boca la marea. 

Era, mi infierno una jungla

Un lugar para el hombre y su furia.

Era Yo, como siempre, de mí tan mía, mujer volcán y aire.

¡Yo y mi Ego!

Tan rojo y delirante,  que solo era el latido de un verbo en erupción.

Que solo era gemido y una Voz contra el viento y el Dios de los percances.

Un verso constricto y decidido a no ser de nada ni de nadie,

destinado a morir o vivir, derramado en los muros del aire.

O en este pueblo, pecho mío, corazón selvático,

siempre en puto abismo y en riesgo de extinción,

con tal de no herirse a cosa hecha, pidiendo guerra o bala…

 

Y tú, te angelas y duermes hombre-niño

como antes del fuego y su equilibrio, 

en esa piel que te respira tan profundo,

como desnudo de mundo vas.

En esa piel que asoma y te refleja liberado

y  un poco humano mío.

 

Sueñas y alcanzo tu sonrisa,

con mi mano de prosa que todo lo toca y sin embargo no sabe, 

cómo inocularte en el corazón 

la llama...


¡Debiera ser la Eva y no la Geminiana!

Asirme a tu bandera o tu madera de roble y darte un solo Beso antes de huir...

Morir en ti mi sexo y mi deseo, una noche perpetua en tu alcoba...

Y volarme después a ser mi sino de trigo y tempestad

aurora y barro.

Respiro. Puedo vivirte y vibrar.

Cerrar los ojos. Imaginarte aún, sin haberte infringido con mis dedos de incendio. 

Sin haber besado, la locura del alma esa que tienes

que puede contra el fuego y el hambre.

 

Pienso...

si acaso vas a darme el sueño de tu arquero

o un cofre de secretos para salvar mi Luz

Y así, trepar a mi osadía gritando cómo te AMO

contra el techo del mundo...

 

Amanece mi voz en un desierto, lleno de miel y luceros.

Amanece mi amor, en un quiero y no puedo.

Porque no he susurrado a la noche tu nombre

y que «esto», que,  a mí me sucede no debe ser consentido

porque tú:

 

Duermes entre diamantes y yo...

Yo, solamente me escribo y me desvivo noche, tras noche.

Me inmolo a cielo abierto en esta ciudad de alfanje.

Demudo a todo verso mi intención y solo soy aún:

la de la herida Lorquiana 

la que vuela sus aves del pecho con palabras...

La que le teme al amor y a su verbo de sangre, 

por si otra vez me duele. 

 

Soy yo, la aprendiz de aprendizas.

La del anhelo del Beso por ti no dado, niño Hombre.

 Yo solo Soy:

la del barro y el aire

en esta ciudad de Alfanje





2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Poemazo, Mayde. Bellísimo.

Me gusta ese cambio de métrica que l hace mas frágil y dinámico. Besosdecasiprimavera

Mar Moreti dijo...

intensamente bello!!

Besos.