martes, 31 de agosto de 2010

Pensar en verde, verde...







A partir de ahora voy a saciarme de verde
Verde para mis días y para mis noches
Verde para mis sueños y para mis ilusiones
Verde para mi mundo entero
Que yo sé que me conviene
Que tanto azul por las nubes a veces inunda
Y te ahogas en un lago azul de lágrimas

Sé que me conviene:
comer muchísima más verdura,
montones de verdes e inmensas ensaladas
saciarme con un kilo entero de aguacates
en vez del negro chocolate
que tanto tiempo
me ha estado tentando
  
Así tendré la risa verde
El canto y los sueños verdes
Verdes los cimientos de esta ciudad cemento
Que ayer estuve pisando tan gris y solitaria
Verdes mis ganas de conocerte
Verde el vestido corto que yo me ponga
El día que en un avión verdi-blanco aterrices
Y vengas para raptarme de todo
lo que no quiera ser verde a nuestros ojos

Llegaremos descalzos a verdes territorios
Tú y yo solamente,
sin nada ni nadie más a cuestas
tenderemos una manta inmensa sobre la hierba verde
miraremos hacia el cielo mudos
con las manos reposando debajo la nuca
sorprendidos por un momento
de que ese cielo nuestro sea de un azul tan intenso
y de que las nubes anden corriendo como locas
para tapar el sol
Tú me estarás mirando mientras te diga:
_ ¿Y dónde has visto tú que se ponga el sol sobre un fondo  verde?
Y volveremos a estallar una vez más en verdes risas
Entonces, nos nacerán las prisas

Verdes serán, por supuesto, tus esperanzas
De conquistarme como nadie a hecho
Verdes tus ganas de besarme a cada momento
Verdes los sueños que enredes a mi mirada
Mientras yo nado entre los suspiros más verdes de la tuya
Y verde la mano que desciendas
Por las curvas de mi espalda

Pero un momento, alto
No vayas a pensarte
Que al vernos así desnudos de otros colores
Solo almas cándidas y verdor a nuestro alrededor
nada pueda escaparse de ser verde
Y yo no sepa amarte de otro color
Porque hay cosas que no quiero
que cambien nunca
y a mí la pasión siempre me ha gustado roja
y roja es cómo la quiero seguir viendo

Roja encendida, como una hoguera
como la sangre, como los mares de lava,
como la capa de un torero
como las amapolas que broten de nuestras bocas
como mis labios cuando se coman beso tras beso
las ganas locas de tu verde amor

Y ya el mundo detenido en un verde suspenso
la espera verde temblando entre tus brazos
el cielo rojo en el ocaso
mis besos rojos en tus labios

Tus ojos,
esos ojos que hayan venido
hasta mis verdes olivares
a adentrarse en mis verdes valles
a llenarme el mundo de verde horizonte
para dejarme por un tiempo desnuda de otros colores
Esos ojos con que al quitarme el verde y corto vestido
me estés quitando también el gris de los días turbios
el marrón derretido de las horas largas
y el azul llorón de los poemas
que he estado escribiendo
antes de pensarte en verde…

Esos ojos tuyos,
los quiero negros
Negros como la noche, como el abismo
como la muerte y el luto
como la resaca que deja amar tan sólo en verde

No los quiero de otro color más que el negro absoluto
Como el silencio, como la incertidumbre
como mi miedo a mirarte y no poder dejar de hacerlo
como cada cosa inquietante de este mundo
que alguna vez me ha dejado
el alma al descubierto
y completamente muda


An Adagio By Francis Lai



lunes, 30 de agosto de 2010

Insomnio y Devoluciones






Si yo te había imaginado en un lienzo, en el agua y las espumas azules de este mar. Si yo quería ser el beso de tus besos, el fuego sin hoguera de vanidades, el fuego sin más fuego que el mismo cauce o la fuerza del deseo, que nos supiese soñar a tiempo: amor despiertos, tan despiertos y tan sueño como amor…

Si yo quería sentir solamente pura la caricia, pura la magia y el instante, pura la quimera o el excelso, puro  el deseo, para encendernos aún en vida veinte mil sueños más, en un lienzo frente al mar. Y tener siempre  la danza libre, puesta en el aire; en el que nadie nos viese,  ni alcanzase, en el que nada más importase que sabernos dueños de nuestro vuelo, en el que yo sólo a ti el fuego y tú a mí el aire vivo.

Si yo toda pasión al descubierto, pasión sin por qué ocultarme, pasión de las antiguas, de las de antes, de las que hoy ya nadie quiere para que no le duelan, ni le desgarren ni un ápice invisible de la carne, aún sabiendo que el no desgarro pueda ser vivirse en un amor a medias tintas, vivirse en un amor fresco de alcoba, pero no en un amor de amor adentro, y de dentro a fuera saber como alcanzar la timidez azul del cielo.

Si aquí sentada, al encuentro de mi noche insomne, en este rincón de mi escritorio, ventana abierta al mundo, donde me escondía yo del mundo por si aparecías tú, por si tú tampoco habías podido dormirte y en tu ventana mundo tal vez pudieses andar buscándome a mí también en alguna noche insomne.

Si ya te había escrito más de cien mil palabras, como para llenar un libro, como para empapelar mi cuarto entero, o como si al ponerlas en fila y de una en una, viajeras todas ellas,  pudiesen dar la vuelta a España sin que tú las vieras ni pudieses comprenderlas…

Si al fin me estaban regresando una tras otra, para llegar desnudas  y en fila nuevamente hasta mis manos…Eso era, amor, que ya había llegado el momento de las devoluciones.

Por eso yo estos días volé liviana, volé sin cargas, ni equipaje, sin nudo en la garganta, ni amarre en el pecho, ni más canción que reclamarte. Volé tan solamente retorno hacia mi origen, hacia  mi buscarme aquí dentro, hacia mi calma solitaria aquí, donde si hay magia, es la realidad viva que a fin de cuentas, me acaba siempre devolviendo al centro de este corazón que aún al paso de los años me sigo viendo demasiado salvaje. Que ahora tal vez ya comprendo mejor, que si a pasos por la vida sigue rugiéndome amor-instinto, debe ser por el pedazo de selva primitiva que tuvieron que ponerme aquí dentro, para que yo tuviese la tarea de aprenderme entera en esta vida.
Ser consciente, de que  volveré a sentirme rugir de selva,  a necesitar algún león rugiendo fuera, y a volarme del aire y a bajarme del sueño cuando el sueño ya no vuele frente a mis ojos. Por eso me gusta creer que soy aún un ser valiente, por saber volar el alma, aunque habrá muchos que piense que eso es ser cobarde, pero yo siento que no, que se equivocan, que volar es siempre ser valiente, porque es salvarse cuando la tierra no te sostiene.

Por eso hoy  necesito devoluciones y todo el aire del mundo.
Y hacernos libres de cualquier sombra que nos aturda a ti o  a mí.
A ti todo lo tuyo y a mí lo mío, al aire su silencio y su lenguaje, al fuego sus versos y sus ascuas, al viento mi mejor deseo para que te encuentre un sueño que te sacie por completo,  que te alcance y que te entregue la quimera que yo no pude darte.
A mí, me voy recolocando en su lugar preciso, pasito a paso, alma y alas de verano, mi fuerza de selva dentro. Mi pasión por las pasiones verdaderas,  mi nueva paz en la cordura y mi razón de ser: nada más lo que sé ser. Sin lamentarme frente al mundo, ni frente al hombre.  
Tener mi búsqueda constante abierta, mis mil millones de preguntas a esta vida sin respuestas, mi necesidad de mar, también rugiendo delante de la ventana, mirándolo con ojos fijos y bien abiertos para poder escribirle sobre cualquier cosa…

… Y A ti, yo creo que ya lo sabes… todo mi respeto siempre, por ser tú como fuiste: azul y grande para mi sueño, dejarte allí tranquilo en tu estancia de amor silencio, amarte solamente en mi recuerdo, en un pedazo de esta máquina salvaje de selva y sangre que me late. Saber que eres libre como el aire, libre navío y navegante, que siempre buscarás azul de cielos y de mares y encontrarás en el camino verdades y esperanzas.

Y mi amor, sueño de ti, cediéndose también ya libre al viento, a las nubes, a tus velas de navío sin amarres, a la misma libertad que compartimos, que a veces de tan libre nos viene grande.
Yo sé que ya sí puedo ser paz en ti y en mí, que ya no queda llanto, ni orgullo malherido, ni lamento por nada, ni sentirnos culpables, ni reproches.
Que ya no voy a necesitar más, mandarte  sacos rotos de palabras viajeras, solamente una manta imaginaria, de color azul intenso, que estuve tejiendo en el insomnio absurdo de alguna noche.
Para que así puedas cubrirte, navío bajo las estrellas, envolverte si es preciso, si te hace falta. Si alguna vez cuando no esté, sientes un ápice del frío que yo jamás quiero que sientas.
Saber que solamente yo puedo sentirlo, que aún tirito y me estremezco cuando vuelve a punzarme corazón de selva a dentro, aquellas frases que alguien tuvo que escribirle a la “mujer del aire”, para que desde entonces yo aprendiese a tejer mejor los sueños o en su ausencia mantas azules…

“Las mujeres de aire, cuando se van, dejan un frío intenso en el alma…
” 
 

Hoy regreso sólo amor a ti por un instante, amor fugaz como una estrella de la noche, palabra viajera, que te deje de aquel sueño nuestro tan solo alguna hermosa imagen, que te envuelva en un abrazo sin tiempo, que el tiempo nos lo devuelva tierno e inmenso a nuestros brazos, si algún día nos reencuentra, y un beso para siempre y estos versos de una gran mujer poeta, que sabe expresarse sentimiento cien mil veces mejor que yo, para que puedan hablarte también un poco de mí al mismo tiempo que de ella…








Devoluciones de Gioconda Belli

Devuélveme mi corazón, viajero.
Tú te irás –me lo dices-,
montado en alado Pegaso te alejarás
y dejarás sólo noches solas a mi alrededor.
Por esto, antes de que dobles el hueco del camino,
debes dejarme puesto en el pecho el corazón.
No te atrevas a llevártelo escondido en el equipaje
tentado por el deseo de acariciarlo
cuando encuentres que no encuentras otro
tan rojo, tan amante, tan lleno de cantos para vos.
Debes devolverme la roja lámpara
que alumbrará otros caminos andantes de mi pecho.
Debes dejármelo palpitando, trasplantado,
un poco enfermo seguramente,
pero vivo y aleteando vida.
Yo envolveré en una manta mis largos pies.
Te los daré para que, nerviosos, te sigan,
para que ellos vuelvan a traerte todo mi cuerpo
si alguna vez quieres trópico y corazón del sol
cuando el frío y las luces de neón
te rodeen como ejércitos enemigos.

Ana Carolina e Seu Jorge- è isso ai





viernes, 27 de agosto de 2010

Haikus gorrión


Yo soy gorrión
Mi gran sueño alcanzable:
Besar auroras


Amor cobarde
Me has obligado a ser
Niña del aire



Ojos de lluvia
 No me verás comiendo
Entre tus manos


Soy la amapola
 Ya vivo para el sueño
Entre otros labios



Amor de luna
Con alas de poema
Gotas de olvido 


Todas las imágenes de este post son de Teresa Salvador: "Fábulas" en Flickr





 " Ladies in Lavender " - Joshua Bell


miércoles, 25 de agosto de 2010

Hay un poema que enciende todos los versos...

























Hay un poema,
que enciende todos los versos que a solas nos leemos
que sabe recorrernos entre silencios
llegando a cada poro de nuestro cuerpo a tiempo
sin prisa alguna
y es a veces como un huracán
que nos empuja o nos detiene
otras como una brisa ligera que nos arrulla
o bien latir que nos trota y que galopa
brotando a ríos y caudales de nuestra sangre
manando de nuestro flujo entero
para tenerlo siempre vivo
poema que no puede morir
ni un segundo antes que nosotros mismos

Es un poema,
que no se encierra en rima ni estructura
que no obedece orden ni costumbre
sino que es orden y sostén de cualquier hombre
que se esté sintiendo vivo

Es él poema más antiguo de este mundo
aquel que mejor que nadie nos comprende
que nos dice cuándo y cómo y dónde
hay que silenciar el ruido externo
y detenerse a escucharlo tan solamente a él
en su pálpito
creciéndonos por dentro

Hay un poema,
que vive en lo profundo de nuestro abismo
que sabe interpretarnos con alma propia y sin palabras
que nace más ardiente o más pausado
después de un beso en los labios
o cualquier otra exaltación de amor puro
viviéndonos

Y detrás de cada verso nos demuda
se hace cándido latido o se desnuda
y cuando se acelera
abogan los expertos por llamarlo taquicardia
si tú quieres llamarlo tu locura

Hay un poema combatiendo
que vive en lo silente de nuestras guerras internas
que se hace cuna donde recoger todo aquello que vamos sembrando
y alguna que otra tempestad
que a pulso nos vamos ganando en el camino

Es un poema sin tiempo y sin relojes
sin pausas, ni estaciones que lo detengan
que abarca todo lo noble
que aun nos queda

Una fuerza que nos ruge desde dentro hacia a fuera
que nos quiere más humildes y humanos
más hambrientos de besos que de bienes
más leones que linces
más niños que hombres
más valientes que cobardes
y más libres de todo que dueños de nada

Hay un poema
que nos pusieron dentro del pecho
cuando éramos tan diminutos como un grano de arena
y que vivimos dentro de él y por su fuerza entera
y alguna vez al crecer
ignoramos sus demandas
pretendiendo doblegarlo con la arrogancia absurda
de nuestras mentes

Hay un poema que no sabe de amor
que es él el amor más grande
es un poema desnudo y con piel propia
al que no sólo los que saben han llamado corazón
y vive como en un trono
sin soberano
cabalga en nuestro interior libre
sin dirigirse por la orquesta
de nuestras manos
y no tiene otra razón de ser
que hacernos hombres
que al desnudo
sepamos  vivir libres
en su reino

Hay un poema de amor vivo
Latiendo dentro de tu pecho
Que lleva el nombre de tu corazón
Y la voz de tu silencio


"mujer de aire"


"Atrapando el cielo" imagen de Teresa Salvador, "Fábulas" en Flickr









lunes, 23 de agosto de 2010

...Vuelo hacia días sin reloj...

...Vuelo hacia días sin reloj, mañanas de paseos y tardes de lectura...
Cita e imagen de Teresa Salvador, 
"Fábulas" en Flickr


Ya no la quiero, la sombra de la tierra no la quiero
Ni tenerle miedo al hombre
Ni tenerle rabia al miedo
Ni este seguir andando por lo absurdo
Sin saber en que camino está el camino
Yo sólo quiero cielo arriba, cumbres de nubes 
donde me brinque el alma
Ver el paisaje desde arriba, la inocencia desde dentro, 
el mundo desde arriba, 
el mar desde el cielo
Quiero ser vuelo libre, inalcanzable,  sin cadenas ni atropellos
Volar alma cristalina,  presente y ojos abiertos
Respirando las respuestas en la magia del silencio
Sentir tan solamente el rumor del viento
Colándose entre mis alas
Olvidarme de los mundos de palabras 
Ya me sacié de palabras
Hoy quiero despojarme de lo lineal 
De lo que siempre va del punto A al punto B
O de los círculos mordiendo la cola de los peces
Y a mí mi larga cola de niña-mujer-sirena
Ayer soñaba que era una Sirena, que cantaba con mi canto de Sirena
Hoy no tengo voz, porque soy una golondrina
Quiero sentir mi cuerpo vivo en el aire
Mi alma despierta en sus caricias
Volver a la niña que ayer era 
Cuando si me cansaba de jugar a ser sirena del mar
 Volaba hacia el azul del cielo 
Cuando soñaba todo el tiempo sin saber
Que era la vida la que me estaba soñando
A mí y al mundo entero

Quiero volver al sueño, despertarme en el sueño,
Estar aquí: en el centro del corazón, donde verdaderamente Soy


Y nunca me detengo 


"mujer de aire"






 “Agosto” Imagen de Teresa Salvador, “Fábulas” en Flickr 









SOMOS NÓS (TO BE US)- Abraçando a Vida







domingo, 22 de agosto de 2010

Si...




















 Si de la vida tomásemos su ahínco,
si tú tu fe perdida y yo mi loca fe
y los dos la ciega fe en nosotros mismos.
Si de tu centro brotase un solo lamento
y de mi centro un mar donde mecerlo
donde hacerle caricias con la espuma,
verdor con las algas, remanso con las olas,
diluvio con mis ojos clavados en su negro perecer.
... Sería solamente un naufrago lamento,
perdido en la sed del mundo,
en la tempestad del viento se alzaría,
sería para las nubes algarabía de siglos de lamentos,
ya sin temor de nosotros mismos,
ni de mi amor lamento volando hacia ti.

Si de los ojos, bebiésemos sus aguas,
saciásemos la sed de todo el llanto
remasen nuestras manos su quebranto
quebrásemos de amor las penas,
de beso el tiempo que se nos ha ido escapando,
de palabras la locura de ser poetas
y de poema solamente uno nos quedara
naciendo de tu boca con la mía,
haciéndose ya, algo más que poesía
sería un beso-mundo-nuevo,
donde mirar el mundo de nuestros besos.

Si de mi alma loca,
brotasen mariposas con alas poderosas,
flores sin pétalos perecederos,
pétalos de amor sincero
naciendo de la vida de tu estambre,
la flor blanca de tu estambre,
el verbo de tu hambre ya mi único verbo,
mi cuerpo tu cielo y tu destello,
mi mar tu furia de amor,
mi vientre tu grito y tu silencio,
mi manantial tu cuna niña,
mi niña, tu alma niña puesta en los ojos,
mi vida y su camino, tu vida y su camino,
el fervor del camino nuestro.

Y un Dios libertino, 
un Dios amable,
dejándonos en cueros de ropajes,
desnudos de tanto equipaje que nos ha ido sobrando,
embriagándonos día tras día con sus brebajes,
dándonos de único alimento
un filtro de amor y cielo
puesto en medio de los labios
en cada beso nuestro.

Si en mi cielo, tuviese yo tu brisa,
en mi paz tu calma, en mi pecho las cuencas de tus manos,
tus besos deshechos en lo más mojado de mis labios,
tu alma entera dentro,
tu fuego derramado entre mis piernas,
tu centro en el centro de mi origen,
tu despertar en mi nuca,
tu olor en mis sabanas de flores,
tus manos en mi espalda,
tus sueños volando libres junto a mis alas,
y mi libertad siempre azul
al lado de tu blanca aurora…

El sueño que demora,
aquel sueño que nos quiso hacer  amantes
en aquel mayo temprano,
en que yo, solo supe caerme de tus manos
y me quedé en el aire flotante de tu boca,
de mi prisa loca por beberme tus ganas de mayo
sin derretir primero el miedo a no poder vivir sin mayo.

Volvería ese sueño a nosotros
a nuestros cuerpos,
a nuestras bocas, a nuestras manos y a nuestros besos.
Volvería en agosto a hacerse fuego,
volvería en septiembre y en octubre y en noviembre,
resistiría todo el frío de diciembre, 
treparía voraz la cuesta de enero,
intrépido traspasaría los cortos días de febrero,
el ansia y el deseo por seguir amándonos
se nos despertaría también en un lecho de amor de marzo,
el agua de abril lo empaparía entero,
naciendo nuevas flores en nuestros cuerpos
para un eterno mayo regresando
de vida viva en esta vida loca,
de fantasía en la palabra
y cuentos para Eros encima de la almohada,
de única y auténtica poesía
al derrocharnos por siempre
vacíos del mundo y de sus causas
con toda el hambre y la sed
de nuestro floreciente mayo
haciéndose temblor
y fuego en nuestros labios
y en nuestros tibios cuerpos
desnudar el deseo
de no buscar más mundo
que nuestro mundo entero.
















Ryan Adams - Desire