Ciudad de Alfanje
Duermes,
entre diamantes, en ese azul inmenso
que te ha
sangrado el Ego y la sed de silencio.
Tiento a tu
sueño y me estremezco...
He aprendido
a besarte sin Beso, a acicalarte los labios con los dedos
y mi pequeña
niñita culpa.
Duermes y no
sabes, que yo: escribo mi intención con la boca desnuda.
Que yo, velo
tus noches en mi ciudad de alfanje
y ahora soy
la del aire y la que aún, no has besado.
Sueñas y no
sabes:
que mi antes
de ti era un caos.
Que en esta tierra domada, en esta horma mía,
anhelaba ser
cima y era un mero incendiario.
Era, mi boca
la marea.
Era, mi
infierno una jungla
Un lugar
para el hombre y su furia.
Era Yo, como
siempre, de mí tan mía, mujer volcán y aire.
¡Yo y mi Ego!
Tan rojo y
delirante, que solo era el latido de un verbo en erupción.
Que solo era
gemido y una Voz contra el viento y el Dios de los percances.
Un verso
constricto y decidido a no ser de nada ni de nadie,
destinado a morir
o vivir, derramado en los muros del aire.
O en este
pueblo, pecho mío, corazón selvático,
siempre en
puto abismo y en riesgo de extinción,
con tal de
no herirse a cosa hecha, pidiendo guerra o bala…
Y tú, te
angelas y duermes hombre-niño
como antes
del fuego y su equilibrio,
en esa piel que te respira tan profundo,
como desnudo
de mundo vas.
En esa piel
que asoma y te refleja liberado
y un
poco humano mío.
Sueñas y
alcanzo tu sonrisa,
con mi mano
de prosa que todo lo toca y sin embargo no sabe,
cómo inocularte en el
corazón
la llama...
¡Debiera ser
la Eva y no la Geminiana!
Asirme a tu
bandera o tu madera de roble y darte un solo Beso antes de huir...
Morir en ti
mi sexo y mi deseo, una noche perpetua en tu alcoba...
Y volarme después a ser mi sino de trigo y tempestad
aurora y barro.
Respiro. Puedo
vivirte y vibrar.
Cerrar los
ojos. Imaginarte aún, sin haberte infringido con mis dedos de
incendio.
Sin haber besado, la locura del alma esa que tienes
que puede
contra el fuego y el hambre.
Pienso...
si acaso vas
a darme el sueño de tu arquero
o un cofre
de secretos para salvar mi Luz
Y así, trepar a mi osadía gritando cómo te AMO
contra el
techo del mundo...
Amanece mi
voz en un desierto, lleno de miel y luceros.
Amanece mi
amor, en un quiero y no puedo.
Porque no he
susurrado a la noche tu nombre
y que «esto»,
que, a mí me sucede no debe ser consentido
porque tú:
Duermes
entre diamantes y yo...
Yo,
solamente me escribo y me desvivo noche, tras noche.
Me inmolo a
cielo abierto en esta ciudad de alfanje.
Demudo a
todo verso mi intención y solo soy aún:
la de la
herida Lorquiana
la que vuela sus aves del pecho con palabras...
La que le
teme al amor y a su verbo de sangre,
por si otra vez me duele.
Soy
yo, la aprendiz de aprendizas.
La del
anhelo del Beso por ti no dado, niño Hombre.
Yo solo Soy:
la del
barro y el aire
en
esta ciudad de Alfanje
2 comentarios:
Poemazo, Mayde. Bellísimo.
Me gusta ese cambio de métrica que l hace mas frágil y dinámico. Besosdecasiprimavera
intensamente bello!!
Besos.
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