Una vez en el mundo mi nombre era mi beso
Un día,
sin que él pudiera darse cuenta, le escribí:
Dibújame un espacio... y ¡quiéreme!
No sé porqué, ni cómo, ni por dónde
pero quiéreme...
Dibújame un país donde yo exista
y dame un beso o una solamente
de tus tristezas
y quiéreme
sin ella a cuestas
Dibújame en el centro de la urbe
y para los semáforos en rojo
¡O sáltatelos todos y quiéreme!
Sin dóndes, sin horarios
sin un orden preciso;
date un minuto y quiéreme
Y entonces,
ya no me dibujes
ni creas que yo voy a dibujarte
en medio de la urbe
saltándote
conmigo
semáforos
en rojo
Porque yo sólo quiero
Pintarte sin rojo ni ruido
Soñarte detenido
frente a mí
para así
también
poder
quererte
"mujer de aire"
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1 comentario:
¡Qué bonito sería saltarse así, esos "semáforos en rojo"...!
Un abrazo.
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