Llamé a la libertad y dijo: ¡calla!
Abrí la voz, el amor, el riesgo, las ventanas...
Me puse de rodillas, abrí los brazos en cruz, grité a la libertad y dijo: ¡calla!
Me siento esclava de esta vida, sin nada, desolada. Temblando contra el vértigo, desnuda e indefensa en la colina.
A veces siento; que sólo soy un número en la fila de un mundo sin futuro.
Pero mi cárcel tiene nombre y un cuerpo de mujer.
Abro las manos al siglo, al mundo mi garganta, a grito limpio el verso.
¿Y cuánto vale el pan para quien no tiene nada?
¿Cuánto vale la vida o la muerte de quien no tiene nada?
¿Quien está manejando los hilos del delirio?
¿Quien va a privatizar el aire que hoy respiro?
¿A qué precio se pagan tus sueños o los míos?
¿Dónde planto el jirón de mi esperanza?
La humanidad ha perdido la batalla.
La humanidad ha perdido, la honestidad de su nombre.
GAZA
DESANGRA
LAS MAÑANAS
El silencio de todos es la BESTIA que otorga cuanto CALLA...
¿En qué cielo me guardan los niños muertos de la guerra?
¿Por qué siguen jugando con la play mis hijos a la guerra?
¿Por qué la suciedad que lanza el hombre me está ocultando las estrellas?
¿Por qué mi libertad no puede asir sus alas?
No encuentro las palabras...
Mi corazón es ahora mi oficio y mi emergencia...
Mi corazón es un río, una selva del aire.
Vivo abriendo la mano al gesto humano.
Gaza, os lo juro, también somos nosotros.
Mientras he dicho esto,
la vida de otro niño habrá dejado el planeta cargada de metralla
El silencio de todos también lleva metralla
Despertad, despertad
¡Nos lo han jodido todo!
¡Los señores del gran capitalismo!
Los dueños del veneno que corre por la tierra.
El que solamente existe para elevar a sueño lo imprescindible, a inalcanzable lo que sería justo para todos...
"Tener un puesto en el mundo, un salario digno, un estado del bienestar cuidando de ti y de los tuyos.
Enseñando a los tuyos a crecer y abastecerse.
Enseñándoles a ser, un día hombres libres"
¡Lo están jodiendo todo!
Pero ellos aun no saben
¡Qué llevamos cometas en la sangre!
Tu corazón como el mío es una selva del aire. Tu corazón como el mío está buscando caminos...
¡Juntemos nuestras manos!
Que como fuerza y acción levante la palabra.
La palabra en la boca del puedo y del hombre.
Que sea tu trinchera, tu palabra.
Eso... o nada queda...
¡Tierra, llamando a hombre!
¡Gea, llamando a los hombres!
¡Despertad!
¡Despertad!
¡Despertad!
Llamé a la libertad
y solamente dijo
vuestros nombres
1 comentario:
A veces, la realidad, nos hace refugiarnos en los sueños y en la poesía, y otras, cuando abrimos los ojos, dejamos de soñar y nos estremecemos al sentir esa realidad que narras y dejas en tus versos.
Un abrazo y feliz fin de semana.
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