Hoy sueño con mi Voz, en las ciudades del Aire...
Deseo tanto estar consciente en este sentimiento que es salva conducto para mí.
En esta voz habitada y en esta soledad sana y saciada de Aire.
En este despertar que vuelve a ser canto rodado, llorado y asumido. Que ha venido a salvarme, tutelando la boca donde empiezan mis sueños.
Aquí mismo, llana y abierta a la Voz. Aquí, mi duelo de viento y mis memorias. Aquí, mi voz consolada en la luz de las Ciudades...
Hoy conozco a ciencia cierta mi intención y no voy a cargarme de equipajes...
Huyo de esto y de todo. ¡Me voy, para vivir! Y a mi vivir me doblo y voy alma incendiada.
¡Mujer no Eva, mujer de vuelo soy!
Hoy vuelvo a resolverme, a limpiar mi palabra en el aire, porque en ella; quisiera ser como la hermosa Suzanne de Leonard Cohen.
Ofrecer un té kukicha al hombre que no pueda convencerme. Ofrecer mis naranjas abiertas en las manos, mis sueños irisados... Mis palabras de nadie, porque nada tengo, porque nada soy, porque aire y boca mía, sólo poseo.
Hoy quiero andar mi libertad. Volver al mar de Cadaqués e imaginar que allí ha de vivir mi sueño. Que plantaré mi casita frente a él y en él otra Suzanne empezará a vibrar...
Tantas veces han venido a doblarme...
A querer inmolarme, a hacerme desear: ser nada, ser mera y pura Voz, raíz del Aire...
Ahora, fielmente humana; quiero sentir la llama viva y no el dolor del vértigo.
Atesorarme por dentro; hacer un edificio, una torre de mimbre que me habite y me pueda vivir, sin ser infringida por Nadie.
A día de hoy, puedo contar mi báculo de errores...
Decir que cada uno, de los que han venido a amarme me ha ido construyendo; me han desposeído de mí misma, me han roto en mil pedazos el alma y la poesía.
Me han bajado hasta el río y he visto su deriva. Me han enseñado, la bien verdad del llanto y he sabido volar y dar las GRACIAS porque me han devuelto a mis Alas.
He sido una rebelde por causa y por costumbre. Un ave o una leona, un delfín navegando por los mares online de la memoria. Una nutria cambiando el ritmo de la furia. Una mujer crecida, subida al Aconcagüa. Una mujer kilimanjara.
Soy un verbo aprendiz en erupción...
Llevo en este sueño a Suzanne por bandera.
Puedo sentirme liviana; más aire y menos carne de cañón.
Puedo ser de mí o de Nadie, como no lo es el Aire que los hombres respiran. Puedo ser alma de viento y constelar mi intención dentro del pecho. Porque este, es el lugar al que regreso cuando estoy viva y latiendo o cuando me siento herida y necesito salvarme para ser mía, a toda costa.
Y ahora... ¿Quien va a venir a rasgarme, a derramar mis telares?
Si sólo soy una Suzanne...
Una
MUJER DE AIRE
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1 comentario:
Me gusta eso de la mujer kilimanjara, aunque también el conjunto de tus letras.
Un abrazo.
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