domingo, 24 de agosto de 2014

¿Sabré?

¿Sabré...?
 ¿Soñarte de puntillas
como si aun más creciera? 
¿Trazarme un mapa mudo 
en tus fronteras?
Susurrarte al oído...
Que la humedad es propicia
Templar a mil tu madera
Tejerme en tu cintura
tan sólo rama-alondra

¿Sabré escribir 
que tú me nombras
y quiero ser una diosa
entregada al destino 
de una y mil noches contigo?
¿Sabré leer tu abecedario 
rasgo a rasgo
milímetro a milímetro
cumbre sobre cumbre?

¿Sabré lamer tus oquedades
y no quedarme a vivir?
Pedirte, por dios, ¡qué me eches!
Que puedo ser adictísima

¿Sabré vivirte sin prisa
besarte a bocaditos
llenarte los bolsillos
con besos de azafrán?

Tener tu corazón prestado
los días de alma y lluvia

¿Sabré desprotegerme 
de todas tus sonrisas?
¿Saltarme tus semáforos en ámbar?
Decir que el mundo es verde
para decir "te extraño"

¿Sabré bailar tu música desnuda?
Pedirme ser tu musa por un larguísimo 
jirón-vivo-de-tiempo
Dejar volar de una vez por todas
los poemas sin nombre
que te han nombrado a ti

¿Sabré escribir tu piel?
¿Volver a enfundarme 
en una falda cortísima?
¿Salir a pasear la vida junto a ti?
¿Atarde-anochecer 
contigo?

¿Sabré llenarte de motivos
el pecho del gemido 
y la esperanza?

¡Creo que sí, qué sabré!

Lo que no sé si sabré
es pavimentar la espera...
Tener algún remedio 
para la impaciencia



1 comentario:

Rafael dijo...

Seguro que tu protagonista sabrá y que esa impaciencia será recompensada.
Un abrazo.