Alas de herrumbre

Otro día que despiertas
durmiendo sobre la arena
meciéndote entre la niebla
y la caricia muda,
en la conquista temprana
de otra nueva y blanca almohada
¿Te soñará su dueña
cuando te vayas?

Furtivo y pasajero
te deslizas,
descubriendo la deriva
de ningún lugar concreto,
desatas y enervas
en cada instinto
el filo más dulce de tu espada.

Al primitivo son del romance
te encadenas,
la vida que no vives
y que te hechiza
mientras sigues tu camino
amarrándote
al frutal capricho de las hadas.

Sucumbiendo en busca del fuego

que aviva en otras laderas
donde la soledad del día después
sigue siendo la misma.
Mieles que son territorios
tan lejanos al azul intenso
de mi ancho y llano mar de amores.

Y a merced del tiempo

te detienes,
te evaporas, 
me revives
y me extrañas.
Y otra vez solitario,
me buscas
cansado de viento y lluvia fría.

Sueño de amor que te sostiene,
aunque no seas nunca tú el que bien ama...
Y astuto y codicioso
lo acaricias;
nada te detiene
y nadie ha derrumbado aún
tu verde corazón de jungla.

Y yo ya no duermo de noche
porque paso mis horas inventándote
haciéndote de carne y a mi hechura 
borrándote del sueño más liviano.

Día a día me sigo recreando,
como única estrategia
para enfrentarme a tu ausencia.

Acabarás siendo tú un día
el que me cure sobradamente
de ti mismo,
de tan vano y loco invento,
de seguir sosteniéndote en el tiempo
sopesando en la incoherencia
de mi camino y tu rumbo.

Y tu vida sigue anclada a tus dos alas de herrumbre,
al aire dulce que mueves y a tientas entregas.
Como soplos pequeñitos
de puro amor de viento,
antes de que la luz del día te evapore
y vuelvas a ser huracán
partiendo sin ruido al despertar.

De quedarme vertida en tus silencios
he agotado mis alas y se han hecho de mimbre...
De día sueño para vivir,
de noche amo para sentirme libre
y vuelvo a escribir poemas,
que ya no se si son para ti

o para alguien que ha sido como tú...

(fragmento de: "Alas de Sombra"

de Clara Janés)

" Desde sus brazos dormidos

ríos de sueño

asaltaron mi boca.

La orilla de mis labios

floreció

y lleno de amapolas

sus orillas,

una tierra tan mansa

y amorosa

que borraba

sus dos alas de sombra”