domingo, 9 de enero de 2011

Una vez, todo era...






Una vez,  eran tus mares con mis eras, tus risas con mis charcos, mis lágrimas en blanco, tus verdes lagunas besando lo dócil y azul fresco de mis sueños.
Tus vereditas, subiendo por mis laderas, llenando mis montes de cuencas y de valles, de cantos de alondras y prados de tilos junto a amapolas.
Eran días, de nidos blancos a las palmas de tus manos posadas en mis senos, dándole la vida a mis pezones.
Una vez, nos mirábamos a los ojos y entendíamos mejor el mundo, o al menos nuestro mundo y éramos ahínco y pasión desbordada y no hay quien nos tumbe, ni nos baje de este amor.
Pero llegaron los vientos alisios, las comadrejas, los lagartos, los días huracanados, las brújulas perdidas en medio del océano, los mares de arena, las bocas sedientas de la jauría humana en perpetua batalla, llamándote a una guerra que no había dictado Dios alguno y tú tuviste que vencer...

Ahora  que todo a acabado y no sé aún cómo se llama el Dios milagro que te devuelve a mis manos, guerrero victorioso, para que vengan de nuevo: tus mares a mis eras, tus risas a mis ansias, mis lágrimas en blanco a ponerse saltarinas y rosadas, lo eterno de esta espera, lo verde de mis sueños que no me deja respirarlos sin un poco de aire con jadeo, los besos que te debo y se me escapan y se me enredan con el pijama. Y eso, que aún no has venido pero ya estás en camino.

Y otra vez será…
Volver  a comprender mejor el mundo; tus ojos con los míos, los días sin charcos solo con lluvias primaverales, los tilos,  las amapolas, las alondras de tus labios cantándome bonitos, volver a re latirnos, despertar bajo el mismo cielo, tapar a nuestro amor, en el lecho, con una manta de besos.
Y otra vez la miel, la noche, la fantasía, los sueños volando hacia una estrella y tus manos de nido, tan hermosas,  despertando la vida que se había quedado dormida en mis pezones. 

3 comentarios:

César Sempere dijo...

Muy bello. Volver así es maravilloso.

Un beso,

Tatiana Aguilera dijo...

Mayde:
Una prosa deliciosa amiga...Sabes, creo que las mujeres sabemos darle ese toque de ternura y cariño a un escrito sensual. Esa fortaleza de hembra, esa tibieza que surge en nuestros pechos, es la que se refleja en las letras...De verdad me encantó lo que escribiste, muy bello Mayde...Mira que te estoy leyendo muy temprano en mi país,y mi imaginación voló acompañada de mi taza de té.
Un beso.

Pedro F. Báez dijo...

No creo que alguien pueda dejarte totalmente. Como de aire, mujer, llegas serenísima y etérea, para acariciar la piel y meterte por debajo de ella y quedarte allí, como semilla de oxígeno que espera el sol para elevarse y ser de nuevo brisa. Perdona que no acuda con la frecuencia que quisiera, pero ando liado con estudios y no tengo todo el tiempo que tenía antes. Un fuerte abrazo y besos, Mayde.