viernes, 21 de noviembre de 2014

Porque hoy...

* Luces de Navidad colgadas a finales de octubre en Barcelona
Porque hoy vengo a  contaros que el mundo tendrá  más frío cuando llegue diciembre y  regrese la suerte de no poder labrar un cielo digno. 
Un techo sostenible para los desamparados. Porque se están anunciando en miles de colores las luces comerciantes de  la “otra Navidad” y nadie asoma al mundo a repartir el pan y el vino de los feudos. A decirles que coman y comulguen de sus propios pecados. Que entreguen lo robado y paguen con la sangre por sus culpas… 
¡Qué lleven a sus hijos a las colas del paro y pongan en sus manos, tan blanquísimas, la fría dote de la espera y la angustia…!
¡Qué empiecen de una vez por todas las luces y los días de las revoluciones! Porque hemos tardado demasiado y nos están robando la vida.
¡Qué vuelvan los herederos del 15 de mayo a esta blanca batalla,  cuando llegue diciembre y huele el pueblo a miedo!
¡Qué se llenen las plazas y las avenidas! 
¡Qué se apaguen las luces blancas y amarillas!_ porque no ha de haber Navidad si no existe alimento y hogar para todos.
¡Qué sea un grano el gesto y una montaña el intento a sabiendas de que juntos podremos lograrlo!


Qué no sigan imponiendo su norma, las sucias bocas y manos de los que agotan, de los que abrasan, de los que rompen y envilecen la tierra que nosotros amamos. 
....El mundo que ha de seguir levantando del suelo a los vencidos.
Y si no es mucho pedir, también me pido:
¡Qué me traigan de vuelta a Salinas, a Lorca, o a Machado!
¡Qué vuelvan los quebrados, los rotos, los forzosamente huidos! O en su falta de ellos otros mismos, con la palabra azul y el Sur frente a los ojos.
¡Qué regresen las fuerzas de mi infancia a aquel patio andaluz dormido entre olivares! 
¡Que no deje jamás mi sangre y mi recuerdo a mi tierna y dolida madreabuela! 
¡Que el furgón de la pena me devuelva el fusil y al abuelo sesgado!
Porque de ellos se contagiaron cada uno de mis gestos. Porque en ellos… 

Fue mi madre, mi carne, mi linaje. ¡Mi cuna! mi más llana esperanza quedándose desnuda ante el desamparo.


¡Qué perduren conmigo por siempre y en mi voz vivan los míos 
porque en ellos, yo soy la de ahora!   

                      Yo, sigo siendo: la rebelde y la roja incendiada.


La incansable, la acusadora y la eterna  guerrera de las causas del alma. La madera del árbol caído y la mujer del aire y la herida.


LA BOCA, que ahora,  os está llamando a la  vida


¡A la VIDA! a la vida...


... o al duro tumulto ¡de las barricadas!



miércoles, 19 de noviembre de 2014

Mañana, presentación del poemario: "El cementerio que habitan los vivos"

*imagen tomada de su página de Facebook

Mañana, 20 de Noviembre a las 18h
 en la biblioteca de Bellvitge
se presentará el poemario de Francisco Javier Solé Ribas

"El cementerio que habitan los vivos"

Un libro de poemas que ofrece un recorrido poético que se inicia 
en el barrio obrero de Bellvitge y que acaba en la Muerte, sin
olvidar ni el sexo ni el compromiso ético.
En la presentación de "El cementerio que habitan los vivos"
intervendrán, además del propio autor:


Además, contamos con los trabajos fotográficos de Angel Palomar Vidal y Marina Garci.

Y proyectaremos varios de los videos creados y dirigidos por el
cineasta Raúl Pérez Pereira basados en los poemas del libro. El 
cineasta Alex Lexy Miñarrock nos ofrece su versión de "El árbol 
centenario", narrado por Iñaki.

*Texto tomado del Facebook de Francisco Javier Solé


*imagen tomada de su página de Facebook

Es un honor para mí, participar en la presentación del poemario 
de Francisco Javier Solé con la lectura de poemas suyos y de otros
autores.
Os invitó, desde aquí, a todos los que podáis acercaros hasta la
biblioteca de Bellvitge a que os unáis a nosotros para disfrutar
del nacimiento a la luz, de este nuevo poemario.

Os dejo aquí mismo un link a google maps


martes, 18 de noviembre de 2014

Adolescencias


Le habrías dado el aire, el agua de un oasis,
y sobre todo, la paz de otra genética.
Pondrías tus mesetas tibiales una y cien veces,
hincadas sobre el suelo por cuidar de su fiebre 
o de sus fantasmas del miedo.
Serías nuevamente la noctámbula, 
sentada en una mecedora 
contra la plenitud de la noche 
en su llanto.

Volverías a parirlo ahora mismo, 
en este preciso instante. Sin anestesia alguna.
Con todo el amor ciego de una madre.
Le darías la mano por los caminos abruptos
y si acaso pudieses; ahora, 
también le ofrecerías 
millones de credenciales
con las que lidiar y vencer
su impetuosa tormenta adolescente.
Le dirías: "Cariño, tú puedes"
"Tú lo sabes, amor, que sí puedes"
Y entonces le darías un beso y él huiría
y tú... 
Volverías a callarte lo mucho 
que se parece al forastero 
pasado imperfecto que te lo dio para el mundo.
Y en los días más duros de la guerra
sólo repetirías con la voz desgastada:
"Te he dicho, qué no me grites"
Y alguna que otra vez, 
querrías volver a besarlo 
en todo el desamparo de su frente.
Volverías a metértelo en el vientre,
a gestarlo orgullosa y rotunda 
para parirlo de nuevo:
mansa, desnuda, solitaria...
Con todo el puñetero dolor del mundo.
Y él sería otra vez pequeño y dócil pajarillo.
Ambarino recuerdo, tierno niño tuyo.
Tendrías de tu parte, por un tiempo
al pájaro tribal de la inocencia.
Sería como vivir una vez más en lo celeste
como volver a la tierra de las cien mil preguntas
de respuestas difíciles.

Sería maravilloso, aunque a pesar de todo, 
puedes tener por seguro, 
que tardaría unos dieciséis años en parecerse tanto 
al forastero padre que aún sigues dejando 
que él: sonría y te pronuncie con orgullo.
Aunque bueno ¿Te imaginas? 
¡Dieciséis años aún por delante...!
Otra vez para ti y para él, 
luminosos y fuertes por las cuestas.
Para que así tú, 
cuando llegase nuevamente la tormenta
fueses tal vez más vieja, más fuerte,
más eficaz o eficiente 
para no tener que repetirle tantas veces:

_No, me grites.



domingo, 16 de noviembre de 2014

Busco, yo sé que busco. (Vídeo montaje)

Y sé, que sólo busco...
Porque tantas veces de trapo yo rota, quebrada niña mía... 
Yo muñeca en las horas, quimera de amor, hechicera sin mago. 
Yo cáscara, ceniza, sal, lágrima y piel, dádiva y lava de amor. 
Pasajera sin pasaje. Yo, sin ateroma de culpa. 
Yo en la voz que me desnuda. 
Yo, ama del abandono. 
Desnuda yo de todo lo que al fin logré morir en mí. Y al fin muerta de aquella y de lo que no me conecta con la vida, el árbol y la rama; sigo buscando y sin saber bien lo que busco desentierro poemas del lodo, abandono la pose del No y la resistencia.
Por que al fin, hoy... 
Rota muñeca, yo. Rota niña azul de carne, hueso y trapo. Rota cometa de blanco y raso vuelo. Libre ave de paso en mujer de mí o del aire... 
Por fin: me miro compasiva y me construyo. 
Me pinto los ojos del espejo y me voy resumiendo entre sonrisa y silencio, a trazos. 
Y a día de hoy: escribo, arriesgo, asumo. 
Pinto una vida a mi delirio. Vibro, elijo, respiro y al fin por fin:                                                                          me Amo

sábado, 15 de noviembre de 2014

La he llamado bosque


A mi soledad la he llamado 
llama rama bosque
La he llamado 
penitencia
loba 
hermana
nómada
cofre
aullido
palabra 

Al fin y al cabo
plenilunio o sangre
para verso
La he llamado gitana
delante de tus ojos
robándomelo todo
La he llamado
genoma humano
pertenencia
noche y jaula 
viento o  ala
a la que asirse
cualquier tiempo
de culpa 
o de locura

La he llamado puta
ruido sobre ruido
y olvidadiza
la he vuelto 
a nombrar
mitad de mí
salva conducto
pasaporte
frontera 
y territorio
angustia
causa
y orden preciso
o  premeditado
grito contra
el mundo

La he llamado pellejo
rueda y calendario
abalorio de versos 
o de guerras autóctonas
La he llamado cometa 
en busca de mis sueños
o del hombre 
que al fin venza
porque que venga 
y no venga 
a quitarme de mí
para él...
A no intentar salvarme 
de mí en mi otra piel

la de mi  A l a
S  o  l  e  d  a  d

"mujer de aire"

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sabrás que ya me he ido...


Sabrás que ya me he ido,
que no guardo costumbre,
ni repito el error.
Que tengo el corazón
indómito o salvaje.

Que no podrás herirme.

Que fui sólo un intento.
Que sólo soy un ave de paso.
Que sólo soy de aire
y no frente a tus ojos.
El frío me coagula...
Por eso vivo
en la mujer de fuego.

He dejado el invierno
debajo de tus miedos.
Soy un mayo perpetuo,
un siempre de las flores.

Y tanta voz en vano...
El ruido en el silencio
me hace daño.

Y yo que había encontrado
la manera secreta
de vivirte por dentro
y verte amaneciendo
a ti, salvaje
y entramado, 

a ti.

Me guardaré el deseo
en otra piel
que enrede mi niñez,
a su mano de árbol,
a su boca de lluvia,
a su alfanje...

La senda siempre se repite:

crecer, sobrevivir.
Amar para ser libre,
latir en consonancia
con lo que sientes que eres,
con lo que sientes que ofreces.

Soy una soledad tan habitada
que me descalzo y parto
para seguir mi rumbo.

No sembraré palabras
que puedas recoger.
Ni esperaré tus brazos,
o tus manos en mi pecho
despaciándolo.

Sabrás que ya me ido,
que no rimo tu nombre.
Que no me queda abecedario.

Que pasa la vida
en un instante
y el beso que no diste
se te erizó en la boca.

Y yo que sólo voz,
que solamente aire;
ahogo mariposas
y sobrevivo a tientas
para decir:
no es este el amor que sobre vuela.

Ya no se trata de impaciencia, No.
Sólo es, 
que "esto" no es el amor...

Sabrás que ya me ido
porque hoy: 

escribo una derrota.
Un hasta siempre ronco,
un páramo de llanto.

Como quien da la lluvia
o la verde tristeza
en un sólo poema.

"mujer de aire"



martes, 11 de noviembre de 2014

¿La vida era ésto?


Y quien podría decirme si la vida era ésto...
Si no era el gesto o la mano de mi madre, secándome las lágrimas.
Si la vida no era un precipicio y haber sobrevivido a aquel que me empujaba.
Si no era degollarme, de una vez por todas las trenzas para crecer de él con la inocencia adulta a cuestas.
¿Quien podría decirme por qué no es igual de justa la vida para todos? ¿Por qué no es lo mismo estar aquí o en Gaza? ¿Por qué el mundo se apaga y nadie hace nada?
Por qué la vida a veces se coagula y en parte del planeta parece una trinchera...
¿Por qué no intentan nuestras vidas, la nobleza de abrir siempre los brazos y darnos, como las ramas de un árbol ?
¿Acaso no es la vida, llegar a tiempo al corazón?
O no es una locura vivir la vida, como quien pinta un lienzo y elige por instinto su color.
¿No sería la vida tan sólo un abalorio de proezas? ¿o una Navidad perfecta, sin luces pero con suficiente pan para los que no tienen nada?
Quien podría decirme si la vida era ésto: tener estancias en el pecho para todo aquel que amas; espacios con puertas y ventanas abiertas, para que entren y salgan cuando quieran...
Decidme, si la vida no es el fuego que vive en un poema, si no es andar descalzo y pisar, a veces, piedras.
Si no es la vida nuestro cofre del tesoro.
Si no es una intención o solamente es una estación de paso.
Si acaso no es también la vida: haber besado la frente del fracaso y por ello; guardarnos intactos los sueños con los que aún no nos atrevemos.
Si la vida no era volar una cometa o ser uno mismo la cometa y subir y subir para caer desde más alto.
O si acaso no es la vida; abrirse el pecho, poner el corazón frente a tus egos, para atreverte a decirles: ¡No, os quiero!
Decidme, si la vida no era tratar de se feliz con lo que tengo y mirar hacia al mar y decir libertad para alcanzar nuestros nombres.

O si la vida no era sólo uno de tus besos y contarle a tu tristeza que muchas veces te pienso.
Quien podría decirme...
Si la vida no es un cúmulo de instantes o de anhelos, o la canción que ahora siento...
Si la vida no es inaugurar el invierno y querer prender en él una fogata, para templarnos la piel de la esperanza.
Si la vida no es la causa, o la causa no es el alma, y comprender sin palabras: que esta vida es lo único que tenemos, y que llevamos al niño dentro para aprender mejor a ser adultos...
Respiramos y somos el aire y el viento; bailamos y somos el baile, cantamos y somos la voz que nos levanta.
En este instante, en esta piel...
¡Ahora!
Decidme, acaso ¿No era ésto, la vida?



La vida era esto...
Haber vivido a tiempo 
la lágrima y el beso
Regresar a uno mismo
Proclamar a la tribu

domingo, 9 de noviembre de 2014

Semáforos en rojo

Una vez en el mundo
mi nombre era mi beso


Un día, 
sin que él pudiera darse cuenta, le escribí: 
Dibújame un espacio... y ¡quiéreme!
No sé porqué, ni cómo, ni por dónde
pero quiéreme...
Dibújame un país donde yo exista
y dame un beso o una solamente 
de tus tristezas
y quiéreme
sin ella a cuestas
Dibújame en el centro de la urbe
y para los semáforos en rojo
¡O sáltatelos todos y quiéreme!
Sin dóndes, sin horarios
sin un orden preciso;
date un minuto y quiéreme
Y entonces, 
ya no me dibujes
ni creas que yo voy a dibujarte
en medio de la urbe
saltándote 
conmigo 
semáforos
en rojo

Porque yo sólo quiero 
Pintarte sin rojo ni ruido
Soñarte detenido
frente a mí
para así 
también
poder
quererte

"mujer de aire"

sábado, 8 de noviembre de 2014

Escribíamos y mordíamos el fuego


Escribíamos y mordíamos el fuego
o mejor podría decirte: éramos el fuego... 
Así se nos conoce. 
Que tonta esa etiqueta que resume "poeta" y poeta parece solo un personaje. Un equilibrista niño o un torpe trapecista subido a la colina del sentimiento humano.
Poeta, es emergencia y lluvia sobre fuego.
Y tú lo que no sabes, es que llevo un alma salvaje, como un león rugiéndome...
Las palabras son hálitos de sangre. 
Labios testimoniosos, recónditos paisajes del corazón-paraje. 
Si soy, Soy para vivir el fuego. 
Si escribo, lo hago para seguir viviendo.
Nada tiene sentido si no hay por dentro un rojo más vivo que el de la propia sangre. 
¿A quien le importa un verbo que no fecunde el aire?
¿Y quien no se ha visto a sí mismo, desnudo y roto contra el abismo de un amor-pura-sangre?

Mira como abro mis brazos en cruz...
¡Dispárame! 
Si no lo haces, nunca sabrás hasta que punto existo para poner mi mano sobre el fuego.
¡Dame un mundo o un beso! porque si no lo haces, no podrás ser llamado hombre. 

Yo vengo del lugar donde la emergencia es grande.
Y aquí, estamos necesitando tanto amor...
Vivimos entre paneles de abejas, aglomerados.
Ochenta metros cuadrados son puro y auténtico lujo. 
Somos ventanas abiertas al mundo,  en ciudades que presumen de ser cosmopolitas. Boulevares de la risa o la hecatombe, veneno para el corazón de los de mi lugar y yo... 
Ya solamente me alzo para pedir abrazos que nos abarquen los siglos o los días. Y que llueva, mejor, siempre del lado bueno. 
Que de una vez por todas; la puta navidad no llene la pobreza y sus rincones de luces brillantes que no saben a pan, ni nutren a aquellos que solo va sumando días, como quien da un mal paso y sigue coagulando su calvario.

Llegar o no llegar a fin de mes...
Y siempre, los mismos gilipollas golpeando con la vara del poder... ¡Su corazón de hielo, esparce tanto frío en las ciudades!
Y yo, que como fuego me he pedido solo un beso tuyo.
¡Joder, un beso! Y un despertar para el mundo... 
Porque ¿sabes? del lugar del que yo vengo, la vida a fin de cuentas, nos dura, lo que nos dura la piel del corazón. Esa tela tan fina, que me sigo zurciendo como quien va viviendo y dice: ¡Ven y ámame o mátame!
Pero si vas a hacerlo; dame justo en el centro, ahí donde el amor te viene grande...

¡Maldita Navidad en Noviembre!
Sé que estamos temblando porque vamos a morir de tanta nieve.
Y yo, que soy de aquellos que escribíamos para morder el fuego; sé que ¡Nunca me rendiré!
Habitaré la noche y ella será mi traje y no diré jamás que en este insomnio admito que te amo, como no se sabe amar la humanidad;
aquí en las ciudades jaula, o en el verde los parques.

Escribíamos y mordíamos el fuego...
Era también una manera muy diestra de querer zurcirse el corazón
¡Qué tonta esa etiqueta que resume "poeta"
en una sola palabra!

"mujer de aire"


martes, 4 de noviembre de 2014

Amor de Mímulus





Levantaron mano a mano las distancias. 
Se lanzaron a la llama o dicho de otra manera,
se ofrecieron una tregua. 
Ni siquiera tomaron la palabra. 
Simplemente se plantaron cara a cara;
se miraron a los ojos y a los sueños
y estrenaron un abrazo, siete besos, 
tres con lengua 
y las primeras risas 
de un amor de jubileo.

Un amor de "casi lo jodemos" por idiotas.
Un amor de follarse los riesgos 
y crujirse los miedos a lo villano y valiente 
corazón de todo o nada.
Un amor de cautivos por dentro y *"mímulus" por fuera. 
De fuego en la mirada y por fin y por dios: 
¡abrámonos los cofres a este amor!
Un amor de cántaros, pero sin lluvia ni truenos.
Uno sin borrón ni cuenta nueva...
De domingos de sol y siesta 
y lunes de descanso y aleteo.
Un amor sin excesos, ni culpa, ni apabullamientos. 
Sin el control de los egos, 
sin más peligro que ÉL mismo 
de lado a lado del Amor.

Un amor de labios abiertos y 
patrimonio en el pecho 
y aquí no hay recortes que nos valgan,
ni hace falta una manta encima de este amor.

Y todo, 

porque al fin pudieron ofrecerse: 
un amor sin pretextos...
Uno, de conocerse y consentirse y no vivirse de paso, 
ni a lo lejos.
Un amor de noche sobre noche 
y aquí: anido y te recojo.
Un amor de ojos cómplices,
de pieles y avituallamientos,
de mejor este amor nuestro 

que todos los juicios del jodido y basto mundo.

Y solamente así llegaron 
a tiempo del amor... 
De ese amor-amor de los "mímulus"
De ese amor-amor de los sentidos
aún no cometido
por miedo a no ser 
r e c í p r o c o .


*"Mímulos": en el sistema de flores de Bach del Dr. E. Bach, que sigo estudiando porque me apasiona, es la flor de los tímidos... De los que son capaces de evitar cualquier circunstancia que desean vivir tan solo por su timidez y el temor al ridículo o a no ser comprendidos. 




domingo, 2 de noviembre de 2014

sábado, 1 de noviembre de 2014

MEMORIAS DE AIRE... "De los hombres herida"


Memorias de una mujer de aire

Nunca antes hablé de los hombres herida. Quiero decir, nunca expresé en palabras el porqué de la "mujer de aire"
Ese conjunto de memorias que me lee una vida que viví, que ahora entiendo que fui. La que tuve ensoñando o amando sin fronteras. 
El verdadero origen y principio de la "mujer de aire". 
Una mujer que ya no existe en mí. Al menos, no en su estado puro. 
Esa mujer, que se sentía feliz, solamente cuando amaba. Una mujer que era simplemente la raíz del sentimiento: amar para vivir. 
"Para no morir de inviernos"_me decía a mí misma_ "Amar para existir"
Ahora que no amo como ella, no tengo demasiado que decir...
Sigo escribiendo poemas. Sigo firmando como "ella" porque no necesito o deseo hacer constar en ese lugar mi nombre. 
Pero realmente ya no soy ella, aunque aún le deba tanto. 
Sé que nunca había hablado de "los hombres herida" pero  hace muy poco tiempo que me encontré con uno de ellos y empecé a pensar que tal vez sería bueno escribir ésto, para dejar en algún lugar hermoso mi "pasado de heridas" y al mismo tiempo, devolver a su lugar precioso a mi mujer de aire, llegando a comprender por fin el porqué, porqué y porqué. 
Volviendo atrás; hace muy poco tiempo me encontré con uno de "mis amores herida". Uno al que hace ya varios años, quise demasiado y antes de...
Ahí comprendí que es donde nace el principio de la herida. En el lugar en que empiezas a amar profundamente antes que ellos.
Creo, o al menos así lo siento, que el espíritu de la mujer está siempre más predispuesto a la profundidad y a la entrega del amor y por lo tanto también se ve más expuesto a sus múltiples desatinos. 
Pero volvamos a él...
     
Está sentado en la terraza de un bar, fumando un cigarro, con la mirada perdida, tomándose una taza de café sorbo tras sorbo.  
No quiero que él me vea, ni tengo intención alguna de saludarle o ponerme a hablar con él.Me escondo en una esquina para observarlo.
Me parece tan extraño que esté tan cerca de mi barrio... 
Tal vez siempre estuvo ahí desde que vino a vivir a Barcelona por ella.
Quizás la casa de ella, está muy cerca de mi casa. 
Lo observo de lejos. Parece que escribe. Otra vez, febril,       desaliñado, nervioso. 
Está muy diferente a como yo lo recordaba. Aun así, sé que es él. Aquel poeta endiosado que jugaba al amor sin jugarse la partida, para ver si le amaban a él primero, tal como él quería, antes de ponerse en el mínimo riesgo de exponerse a perder... 

Yo lo hice. 

No me preguntéis por qué. 
Creo que en el fondo, me enamoré del hombre que él escribía. El hombre que realmente no era y debía crear para sobrevivir en el mundo.
Después de él, también me prometí a mí misma no volver a enamorarme de un poeta.
En el fondo, siempre hay una intuición por encima de todo. Una intuición que nos está diciendo a gritos lo que no debemos hacer. 
Pero yo no le hice caso y es ahora, cuando me está enseñando aquella herida la verdadera tez del egoísmo humano. 
Aunque esta vez lo aprendo ya reconstruida, ya a salvo y otra vez de vuelta a la que fui antes de la mujer de aire. 

Volviendo a la historia del reencuentro...
Había oído de amigos comunes que él, últimamente, lo estaba pasando francamente mal. 
Parecía que esta vez las heridas se habían girado contra él. Daban la vuelta, contra él. 
Pero no era mi herida, ni mucho menos. Jamás hubiese sido capaz de hacerle daño. 
Mi único daño fue escribir todo lo que necesité escribir para salvarme de él y de mi duelo en aquel tiempo. 
Es más, hubo una época en que aun estando muy jodida por él, vivía en la tontez absurda de sentirme responsable también de su dolor. 
Y me pasaba eso, precisamente cuando leía todo el dolor que él escribía en las redes sociales o en su blog. 
Lo leía y seguía sufriendo por él. Me preguntaba a mí misma si no habría tenido suficiente con "nuestra historia" para aprender de una vez a amar un poco mejor. 
Y así, le seguí leyendo durante mucho tiempo después de haber finalizado en fracaso nuestra relación. 
Es lo que tiene enamorarse de un poeta; aunque no estés con él no vas a poder dejar de leerlo, o al menos, yo  por entonces no podía.

Entiendo y respeto a todo aquel que escribe, porque a mí misma escribir me ha salvado varias veces de acudir a la consulta del psicólogo o incluso del psiquiatra. 
Las relaciones humanas son un camino difícil de recorrer. Un lugar donde vivir, experimentar, aprender e intentar crecer, si uno puede. Sé, que uno siempre puede.
Hay espiritualidades que nos hablan de la ley del karma y el Darma. 
A mí me gusta más hablar de aprendizajes. 
Si nunca te han jodido, no sabes cómo se vive ahí, en ese lugar, y por lo tanto; probablemente, no vas a llegar a comprender que no es un buen camino de elección en el territorio del amor. 
Incluso, puedes correr el riesgo de dañar a otras personas, siendo ignorante de lo que puede llegar a destrozar a un ser humano ese dolor vivido cuando se ama. 
Por lo tanto, no voy a decir que sufrir sea bueno pero sí que te construye y te obliga a ser un ser más honesto, una mejor persona. 
Siempre nos han dicho: "La vida te traerá más de lo mismo hasta que aprendes la lección"   
Pero esta vez mi querido y endiosado poeta, había tropezado con una "piedra gigante", infinitamente más dura que él. 
Esta última vez había sido una mujer la que lo utilizaba, lo ultrajaba, lo abandonaba a él. 
Una mujer de la que verdaderamente se había enamorado. Una mujer por la que él había cambiado el rumbo de su vida, incluso se había mudado de ciudad y por supuesto de trabajo...
Por el aspecto con el que me lo encontré, ya estaba empezando con la tarea de reconstruirse. Estoy casi segura, de que algo mejor saldrá de su proceso. Aunque, realmente, nunca lo sabré porque ya hace bastante tiempo que dejé de leerlo. 

Hubo dos hombres herida más, después de él. 
Siempre ha sido lo mismo. Siempre he escrito muriendo un poco en silencio, para tratar de salvarme de nuevo. 
Siento que cada uno de ellos me ha hecho envejecer, huir o encadenarme. Pero sobre todo: me han hecho perder a mi mujer de aire. 
Por ellos debo haber madurado un siglo. He vivido aprendizajes que no voy a volver repetir. 
Ya sé que también dicen: "Nunca digas, nunca jamás",  así que si alguna vez, algún asomo de esa intuición a la que tantas veces he hecho oídos sordos me dice: que no debo intentar, permanecer, o vivir una posible historia, aún sin saber el porqué, voy a intentar obedecerla y no volver a caer en lo mismo.

Estoy escribiendo ésto para mí y para todo aquel a quien pueda servirle. Sé que es muy largo para un blog, pero en fin...

Ahora, para sobrevivir al hombre carezco de ensoñación futurista y de también de tantísimo-tontísimo altruismo, como en un pasado derroché. 
Imagino que después de las múltiples heridas, he aprendido al fin a amarme un poco más y a respetarme mucho más que en la época de la súper mujer de aire.

Soy un espíritu libre, no pertenezco a nadie. Ni siquiera a mí misma, lo cual me hace también un poquito más libre de mis egos. 
Ahora, solamente soy capaz de amar en el mismo y preciso instante que siento que el amor lo hace conmigo. 
Con la piel, con el corazón y la mente, con la sapiencia de la herida a cuestas y con la mujer verdadera e instintiva. 
Ahora sólo amo con el amor y al unísono con él, pero nunca antes de...

Por eso, ya no suelo precipitarme . Simplemente porque me conozco mejor y sé lo que No quiero y sé, que en épocas de reconstrucción la soledad es un buen paraje.
Y aunque ella "la mujer de aire"  ya no viva en mí, sigo bendiciéndola desde mi niñita aérea y sigo también respetándola en el verdadero corazón que representa la mujer de aire, porque ella fue la que me hizo, finalmente, llegar hasta este instante.

Gracias, a los que seguís asomando por aquí.
Os dejo aquí mismo esta imagen de mi chica de aire, 
de hace ya un pequeño-gran tiempo aquí en el blog