Me dices que soy un alma rota, que llevo en el lamento abierta mi derrota,
que me hecho transparente como nube, que vivo ausente haciéndome la sombra de
un sueño que se muere.
Y yo me digo que cómo alma rota…
Si ya vendí esta alma mía al aire, y lo hice antes de que él llegara,
haciendo de mi cuerpo flor de estambre, de mi cielo: primero dicha y luego
hambre y ansia de su amor de nadie para mí.
Te digo que ya no puedo sentirla esa alma rota aquí en el aire…
Aquí el amor es de mentira, no
existe cuerpo ni carne. Nada es azul sin su mirarme: a mí desnuda en mi
lamento, a mí la piel helada de ir sin capas, a mí el agua helada de las
lágrimas, la voz en el destierro, haciéndome de llanto frente al mundo.
Aquí en el aire, que siempre fue un espacio inquebrantable.
Aquí… solamente ha estado viviendo en mí y me doy cuenta, entre el
suspenso y la espera de envolver un solo verbo de su boca, la boca que no
llega, que no me toca, que no puedo ni nombrar a verso roto…
Y sé perfectamente que debo ser cobarde, pero es que ya no tengo
fuerzas y sólo estoy sin estar y así lo sueño; sin dejarme soñar y así le escribo y me
deshago y nada alcanzo.
Me dices de nuevo, amiga mía, porque quieres salvarme de mí misma, que no
puedo seguir viviendo esta alma rota. Te miro en esa mueca que te brota, queriendo
parecerse a una sonrisa. Me acoges en tu brisa, mientras me abrazas, inmensa
tú.
Y ahora me doy cuenta; que tienes
razón. Tú que me conoces en la niña y lees en el agua de mi voz…
Sí… alma rota, sí. Eso soy…
Por eso sueño que ya no me quedan sueños, por sigo escribiendo. Por eso amo
tanto al imposible viento.
Por eso muero en silencio, cuando veo cómo vuela, cómo corre ardor y fuego,
bebiéndose los besos de otra boca, que
hoy debe sentirse semi diosa, pero tal vez mañana, sólo tal vez mañana
cuando él se vaya…
Va a ser tan alma rota como yo.
"mujer de aire"