Sepas, mi triste olvido...

Poema o cuento, o lo que sea, desgranado del escrito de ayer...

Soy consciente de que me quedó muy requetelargo,

perdonadme

a mi me enseñaron que las

leyendas se cuentan lento y despacito,

con la pausa necesaria

para sentirlas,

Besos de aire

Yo lo que quise…

Fue beberlo y respirarlo todo

Habitarlo y estremecerlo todo

Ser de su oculto mundo de desmemoria

el retorno…

El nuevo placer desgranado

entre sus dedos

Quise posarme en su lugar

alzado al techo

cubrirle al son de las olas

sin arena y sin niebla

sin humo y sin viento

darle vida, darle agua

creciéndome toda

meciéndome toda ola

y así que me recordara

entre las brumas

del silencio


Quise ser del huracán la fuerza viva

 Del latido 
el tiempo desmembrado

De su universo erecto

el verso perfecto y encajado

y ser cuando él se iba

yo la orilla que venía

y cuando en mí se vertía

ser la marea que le inundaba

la cuna del latir profundo de los mares

y el canto de la sirena 
sobre su cuerpo vencido

 la voz dulce en su oído

Yo sólo me desvanecí grito en sus gemidos

sólo renací en alma nueva

en las manos de su ser poeta

cuando yo fui del fuego

y con él aprendía
a beberme la vida entre los versos

que enervábamos desnudos

contando blancas madrugadas

Y sé, que sólo mañana

seré cielo vivo en su deseo

si mi piel destila y evapora

el aroma sediento

del viejo recuerdo 

Ya sólo podré quedarme muda

cuando él me deje toda muda

cuando regrese fugaz

aún sin saber quien soy yo 
ni de dónde vengo

y se sienta solamente

el dueño de mi anhelo


***

Que regresen mañana los versos de nadie

porque son sólo míos, vida mía

Que regresen mañana

todos mis nombres a tu boca

Que regrese a tu noche

la sed de nuestros pecados redimidos

Que si para salir del olvido

hace falta beberse el aire oxidado

de aquel tiempo impreciso

Tú me vueles remota y alma cándida

a los orígenes de aquellos días 
que nos tuvieron retenidos

sin poder alcanzar

las imposibles alas

Y así mueran junto a ti

mis pequeñas muertes otras mil veces

y así tiemblen otra vez

nuestros cien cielos

mil azules más de lo que fueron

y tu nada vana y extraña libertad

de no querer o saberte 
libre destino

de mi dicha y de mi llanto...

Como si al recordarme ahora

te viese palidecerte entero

y dejases de ser 
en este preciso instante

el amor dormitando

en las cavernas del tiempo

para hacerte amor 
viviendo en mi canto

***

Pero… estrellas remotas de mis noches más antiguas

¡levantadme del suelo cuando caiga de sus manos!

¡recordadme el peligro de sus llamas!

no dejadme sola y niña 

ahora que yo

 no soy el FUEGO como antaño

ahora que nos mudó por completo

esta nueva vida

y a mí me hizo del aire

dueña del aire

hija del viento

y a él hijo de lo que fue

mi apasionado universo en llamas

Por eso ahora… ahora

no puedo hacerme

 dueña de sus besos

ni de su nueva piel

ni de sus impecables manos blancas

casi tiernas

ni tampoco ser ya nunca

de su amarre el ancla

Ahora ya no puedo

por ser del aire…

El aire que nada posee

en su deseo, aunque todo alcance con su brisa

Por eso, sé

que sólo seré...

el nuevo beso posándose sobre su vientre desnudo

Sé, que me reconocerá

en la fuerza sacra y en la carne trémula

cuando sobre él

mi cuerpo se balancee

 que seré el volcán

 presagio vivo

sin saber nada apenas

de nuestras viejas almas

Y sí un día

me reconoce sed de él

me reconocerá también 
sed de mí misma

de mi libertad aún temprana

desde la niña del aire 
dibujada por sus manos

escrita entre sus versos

sin que él supiera

donde estuve durmiendo 
todo este tiempo…

¿Sabrá que ahora me desperté y crecí tan diferente?

¿Qué me hice casi azul lucero?

Que había andado ya

 demasiadas vidas junto al fuego

buscando mi fe

por los remotos mundos

en que no supe nunca encontrarle a él...

Y yo volaba, para ser solamente noche

y así sentir en mi sueño

su antigua piel cuando me amaba

***

Y ahora tú

llama encendida

 solitaria vida…

ahora que vengo 
para avivarte el recuerdo

ahora que eres tú:

el FUEGO  
ya no me reconoces

ni me buscas

ni me habitas
ni me nombras

Porque el fuego

bien se sabe

no retiene los recuerdos prendidos al alma:

los quema todos a destiempo

y sin remordimiento alguno…

Y así te has ido escapando

entre mis dedos

vida tras vida

buscando la algarabía de los vientos

Sepas, 

que desde que he vuelto a hallarte

a veces siento el peso del tiempo

junto a la carne

y vuelvo a ser de nuevo como el hambre tuya

como los labios tuyos

te sigo pronunciando

cuando tengo sed y miedo

aún sabiendo de nuestro destino incierto

 ardor cándido en los labios

que aún me llaman

entraña tuya

te recuerdo y llamo vivo

y ahora que soy aire

que sí tengo la memoria antigua de tu querer grabada

te vuelvo a nombrar:

vientre mío

y despertar mío

y sueño mío

aunque tú no me sientas

y te quedes dormido

Sepas,

que aún retengo

la fuerza para encenderte

y dejarte solamente

alma y suspiro en cueros como antaño

hacerte viento de mis delirios

y que solamente puedas

amarrarme a tus velas

con los sueños encendidos

cuando me busques

en un poema nuevo

que sobre mi piel

escribas

Sé que a ti regresaré

cuando vengas tú

a vencerme...

A soplar mi vientre fino

 cuando al fin me recuerdes

o puedas reconocerme:

alma tuya

que voló desnuda

 Sabrás que era yo

la que te leía albas

la mujer que te hizo ser

los versos que ahora tiemblan
en el pecho

hasta cuando duermes niño

Sepas que en aquel bendito ayer,

tú eras ya casi como J. Gibrán

y yo me estremecía

bebiendo tus palabras

y alma en pausa y desvelo 
te sentía

mientras tú 
buscabas

la sed de Dios en mis labios

 calmando así nuestro llanto

Y sepas ahora

 mi niño aún dormido:

que aunque aún no sé hacia donde vamos

ni en que nuevo lugar

tenemos que encontrarnos

Pero sí sé muy bien

de que sueño antiguo hemos venido

y nos hemos caído

para volver a amarnos

Imagen "granito de sal" de Teresa Salvador, "Fábulas" en flickr: