jueves, 29 de abril de 2010

Diente de oro




POEMA
RELATO RECITADO







Supe de un hombre
que cada noche,

cuando su cuerpo dormía,
un hueco se abría
hundiendo la huella de sus carnes
sobre las sábanas.


Arqueaba la espalda, truncando las vértebras,
la médula doblada como una vara,
el diente de oro brillando en su boca,
rechinando en son metálico,

ante el pavor de la última pesadilla,
del grito desgarrado de su presa.

Y ya la noche entrada,
sentía el miedo arrollado al final de la cama,
y su cuerpo se hacía un ovillo
de angustia y de temblores.
Su piel destilando humores de bestia,
sus manos rasgando la tela
de los bordes de la cama,

aferrándose con fuerzas a ella,
para no ser absorbido por el vacío agujero
que acababa de formarse
y ya le mordía la carne

sin remedio.


Al día siguiente se levantaba frío, mojado,
vacío y pesado, sin recuerdos.
Recogía los cachos de tela rotos,
se limpiaba las heridas
sin comprender lo ocurrido,
se metía en la ducha
y borraba a golpe de agua
las huellas de su miseria humana.

Su rostro era una mueca quebrada frente al espejo,

mientras se afeitaba.
Un relieve inesperado en la mejilla,

hizo que la cuchilla, de repente,

no se deslizara,
que tropezara en su carne,
rasgándola,

virtiendo un hilo rojo de sangre
que resbaló hasta la comisura de su boca.
La punta de su lengua sintió al probarla
que era espesa, viscosa.

Nada le gustó de aquel sabor…

Nada le gusto de ser lo que era.


Había recordado de repente…

Aquel día, sin embargo,

también lo haría.
Buscaría una nueva presa,
y la mordería
hasta desangrarla
entre sus brazos
para que al llegar la noche

la vida lo mordiera a él
con las mismas ansias.


El maldito era un nuevo vampiro,

un maltratador,

una de esas bestias
que corren
en estos tiempos,
de esas que te hincan el diente de oro
para probar tu sangre,
que te hacen marioneta entre sus garras
y después se marchan,
dejando un rastro negro tras sus pasos

que ahora sé con certeza,

que cada noche,
les persigue hasta su nauseabunda cueva
para herirlos de justa muerte,
en el nombre de tu sangre de mujer.

Lucíabluesindreams


1 comentario:

Anónimo dijo...

no soy experto en esto de recitar, pero tu interpretación es excelentisima, sé mucho de música y sé cuando alguien tiene buen timbre de voz. disfrute mucho escuchándote.
un abrazo