miércoles, 21 de abril de 2010

Cosas que extraño...

Extraño mi vientre,

lo extraño ahora,

ahora que tú no estás

que el tuyo no está aquí

para oprimirlo…

Ni de lado,

ni arriba,

ni abajo

ni del revés,

ni haciéndote una “S”

gigante con mi cuerpo

y tus manos en mi vientre

dibujándolo

y el calor del tuyo

contra mi espalda

y volviendo de nuevo

a empezar

la tentación del mismo fuego delirante

tras mi aliento y tras mi nuca



Extraño mis ojos:

los extraño,

me miro al espejo

y no me veo,

no soy de carne,

no tengo huesos,

no me parezco a la que era,

soy blanda,

los ojos blandos,

la carne como de nubes grises


Soy un instinto,

un instinto que busca,

que te busca

que no te encuentra,

soy un grito que no reconozco

y que te llama

y yo lo oigo decir tu nombre

pero no te devuelve a mi,

y me hago aún más blanda,

más gris,

más nube

y mi mano se pierde

recorriendo tus sombras

buscando mi voz en ti

y mi alma entre las sábanas


Mi voz, mi voz…

se me hace extraña,

demasiado extraña para ser mi voz…

Me habla y yo no la entiendo ni me entiende

Me dice “olvida”

y yo no sé de olvido

me dice camina, camina,

vuela acaso, no te detengas, no tiembles…

me dice:


OLVIDA

SU VIENTRE NO VA A VOLVER

NO ESPERES QUE NADA SUCEDA

NO BUSQUES EXCUSAS PARA AUSENTARLO

NO ENMUDEZCAS BAJO UN SUEÑO

BAJO UN NO SUEÑO


Camina, anda, vuela…

Ama otra vez

llama a ese hombre que te regala flores,

que lee cada día tus versos,

que huele tan bien,

que no fuma,

que no adora a Wendy

ni a su santa madre

Llámalo,

paséalo por tu vientre,

enrédalo entre tus piernas,

en tus brazos,

en los besos de tus labios,

colisiona en la noche contra su pelvis,

mézclate con él,

siéntete de nuevo viva,

huracán,

hija del vientre del mundo palpitando


Y ya recapacito…

Y me parece que ya sí que la entiendo,

que sí me entiende a mí mi voz

y entonces la escucho…

me armo de valor y de esperanza.

me guardo las ganas de ti

en un cajón de la cocina

que nunca abro,

me dibujo un vientre liso,

un corazón nuevo,

de color azul,

unas manos inquietas,

que buscan su nombre

en la agenda del móvil,

una voz segura y convencida,

tierna y coqueta,

completamente mía,

que le habla y le dice… _Sí, vamos a vernos,

¡Cuando quieras! Salgo a las seis mañana.



Y ya cojo el teléfono

y pienso en él,

me concentro solamente imaginando

la risa de ese hombre que me regala flores,

que me mira cuando paso,

que me desviste con sus ojos,

que tiene una erección cuando le doy un beso

cerca de los labios

y es más guapo de lo que tú eras

y menos golfo de lo que tú eras

y trabaja de directivo en una multinacional,

y dijo que me llevaría a Roma de vacaciones

cuando desayunábamos el otro día

y sé que me hará el amor con ternura,

con frescura, con locura,

con pasión y con fuego vivo

naciendo de sus miembros...


Y el de arriba deseando

besar mi vientre,

y el de abajo deseando morir en él

y sus labios bebiéndome

y su vientre contra mi vientre

y yo flotando en el cielo

o cayéndome al infierno

despacito


Pero no puedo, no puedo…

se me cae el teléfono

de mis manos blandas,

se me nubla todo

y siendo yo nube,

me pongo a llover,

me llueven los ojos,

el agua me chorrea

entre los pechos,

desdibuja mi corazón azul,

el que me pinté hace un rato


Regreso de nuevo al cajón de la cocina,

ese que nunca abro,

donde te tengo guardado

y con las cerillas en la mano,

lo quemo

Te quemo,

mis ganas de ti arden,

yo lo estoy viendo ahora,

ahora sí,

mi vientre sí

sangra olvido


Mañana lo llamaré,

mañana….

Cuando salga del trabajo,

y tenga el vientre liso otra vez,

llamaré a ese hombre

que me regala flores.


mayde molina












Imágenes bajadas de internet, desconozco los autores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

empiezo a entender, qué significa "mujer de aire".
un abrazo