Hay un sol dibujado en cada cielo
un sol presente
dando luz a cada cuento,
que he inventado para leerte
a ti,
poeta de mis sueños grandes,
de niña grande,
hay un canto rociando azul de cielo
los despertares,
y hay un manto bordándonos los nuevos quereres
y de verdades esperanzas
que en cada palabra
hemos escrito
trasnochándonos las horas del descanso,
trasteando en el silencio
y en el detrás de los ojos y de las manos,
buscando los cachitos bien trazados
de la cordura, o de la magia instantánea,
y de luz clara, y de mar y de esperanza,
hacernos de fuego y brisa,
y de caricia y de juego,
y de risas y de niñeces hambrientas
que están por llegar
para saciarnos.
Hay una playa, con una orilla inmensa cómo la mía, larga y soleada, cómo la mía...
Y tus pasos aún no están en ella para pisarla, pero yo tengo bajos mis pies una arena cómo la que recorro ahora; descalza y con poca prisa, y mañana nos va a estar esperando, para saber de nuestras huellas, pisándola, y del peso de nuestros cuerpos hundiéndose sobre el relieve calcáreo de las conchas y la blandez de las dunas.
Y más allá del horizonte, cuando el sol se ponga, cuando estemos tumbados y tibios y el alma nos tirite entre silencios, cuando vivamos el sortilegio de ser leones en el juego, leones que sólo rugen de puro celo, que no saben de palabras, ni entienden de lamentos, ni escriben versos que se desgarren de tanto recitarlos y son sólo los reyes, en su reino, en su llanura de amores, allí en el mar.
Habrá una selva para nosotros dos, amándonos, para bebernos y acorralar cada pedazo de la inocencia que nos brote y un rumor de besos volados de nuestras bocas que danzarán con el aire, para encender al viento, y así remarnos en cada cópula, y así nos morderemos sin piedad y así casi morir en el intento de vencer a la fiera desarropada y así nos meceremos el vientre y las caderas y no sentiremos el arrullar de las olas, porque yo seré ya tu mar hecho de fuego y tú serás mi cielo fundiéndote.
Hay un mar libertario, que es el mar de mi amor que te llama, de mi deseo alzado a las estrellas, el que sólo a ti te cuento y a ti te canto y a ti te hago un hueco grande y a tu hechura para que lo habites y te sientas en el dichoso y deseado.
Y allí, en aquel lugar, cuando se ponga el sol, que dibujé esta mañana en el último cuento para niños grandes que acabo de escribir para que sea; seremos cada verbo aún no pronunciado, y el ámbar destilado de la savia que nuestra piel derrame sobre la arena y seremos los únicos habitantes de ese lecho de dunas y de espumas frente a una playa y una marea de sueños desnudos.
Y hoy te escribo
junto al mar, amor mío…
que hay un mar cercano
que nos espera
y allí sabremos del verbo
arrollador
y del volar desnudos
y sin fronteras
y sin tener horizontes
ni sábanas blancas impolutas
ni ventanas cerradas
ni techo que esconda
el color del cielo
sobre el agua
allí solo habrá aire
que nos respire
y astros que nos enciendan
orillas que nos bañen
fuego que nos entrañe
y nos enlace
y que nos venza
y nos vuelva a sostener
cuando caigamos rendidos
de amor
de amor
amor del bueno
y amor alado
y amor del viento
y amor león
y enredadera
amor del que se entrega,
y nada deja entre las tintas
del tintero
amor que roe
y araña la piel más pálida
de la aurora
amor de cuencos
que he de beber
en cada una de tus manos
y allí donde te estaré amando
una mañana frente al mar
allí donde te escribiré
mi próximo cuento
para que sea
allí sólo habrá un Dios
que nos comprenda
que nos vendrá arropar
como una madre
cuando anochezca
que nos hará un guiño
con sus ojos desde los cielos
por ser los reyes
de los sueños
habitándolos
viviéndolos…
y allí sólo estarás Tú
y estaré Yo
y nuestros nombres
sobre la arena
y los cuentos
que escribamos
mano a mano
y beso a beso
y sueño a sueño
para que sean
mayde molina
2 comentarios:
Qué intenso y qué bonito.Qué suerte vivir cerca del mar, que inspira tantos poemas y evoca tantos sentimientos...
Me gustó mucho.
¡Que pases un buen día!
y hacerse, y ser, y amar, y dar, y estar
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