jueves, 11 de noviembre de 2010

Las risas blancas





Tenía yo la risa blanca y clara
la paz serena y en calma 
mi dulce fantasía de colores
 el alma volando entre las flores 
Prendía secretillos en el aire
  O en lo suave de cada blanco de mi almohada
Y solamente a mi linda abuela le contaba

Ella traía los sueños más bonitos de la luna
Siempre a punto para contarme sus dulzuras
Nos sabíamos las dueñas de la gracia de los gitanos
Bailábamos en el patio por alegrías y fandangos
Y hasta cuatro pasitos de flamenco
A veces, nos regalábamos
Nos llevábamos las manos al pelo,
a la cintura, a los volantes de la falda
Y ella siempre sonreía y prometía por su boca
entre risa y canto y zapateo:
Que bailar bien y bonito tan sólo era
Impregnar al aire con el alma entera

Luego llegaba la magia de la noche y sus sorpresas
Vestiditas de nardos y azucenas
Llenas de aromas, de fragancias, de derroche
El cielo ya con una luna brillante, redonda y clara
Iluminaba los pasos de aquel preciso sendero
Y subíamos al cerro cantando y contando sueños:
“Yo quiero ser de mayor…
Bailaora de flamenco 
Eso, quiero yo...”

Allí en lo alto, siempre me susurraba:
“Las casitas se ven blancas en Andalucía  
porque la luna las quiere como a hermanas
como a lunas chiquititas que se duermen en su cama”

Entonces bajo los luceros
que ella misma procuraba con sus vuelos
Me enseñaba a beber las flores y los cielos
y los versos del romance por entero
Se asomaba a sus ojos todo el brillo en un instante
Recitaba con pasión y la voz grande a:
 Federico García Lorca…

“Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados”

Luego llegaba el momento de decir lo que caía
Poetividad pura y espontánea, naciéndose en poesía
“Mi niña acuna suspiros de sol y luna junto al pelo
La luna la mira, mira y le regala su cielo”

Y yo reía y reía y así fue como supe
Del alma viva en mí por la poesía
 Del embrujo de la noche en Andalucía
Bebiendo sorbo a sorbo de Federico
El primer gran poeta de mi mundo chico
Allí en mi tierna infancia, primorosamente recitado

Bajo el cielo más grande
Un mar de poesía
De la boca de María, mi abuela
En quien yo siempre me sentía:
Alma suya, alma mía, 
alma del aire
***

*Aquí os dejo, con cariño y recitados, dos de los poemas de Federico García Lorca que más me gustaban y aprendí de niña aquellas noches, con mi abuela María




6 comentarios:

José María Alloza dijo...

Madre mía que bonito, me encanta la idea de “impregnar al aire con el alma”. Plas, plas…
Besos.
Pd. Adoro el cuadro de la bailaora :-)

Anónimo dijo...

SIEMPRE ES UN PLACERSAZO LEERTE EN INSPIRACIÓN.
besos

TORO SALVAJE dijo...

Y Olé!!!

:)

Besos.

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Mayde, tu poesía me está cautivando paso a paso. Me dejas el alma impregnada de ternuras hacia tu abuela, el corazón latiéndome por alegrías y y con los ramilletes de versos de Federico, me has transportado por soleares a mis años de juventud.
Ya te contaré un día a quien recitaba yo los poemas de Federico cuando tenía 20-21 años, pero eso en otro capítulo.
Felicidades y gracias por haberme emocionado con tu poema.
Besos.

Unknown dijo...

Mayde, es la tercera vez que lo leo, y es la tercera vez que me emociono, sabes que tengo un débil por las historias donde tu abuela es protagonista, quizá porque me recuerda tanto la mía.
Te mando un fuerte abrazo.
Leo

mayde molina dijo...

Cada vez que me imagino en el Sur, me inunda de nuevo la alegría.
Muchísimas gracias a todos por vuestros preciosos comentarios.
Besos y abrazos!