martes, 23 de septiembre de 2014

Yo sé que busco...




Yo sé que busco, aún busco una paz sin mordazas... 
Un territorio del alma donde aprender a navegar y volar sin nombre. Sin ningún afán de gloria. 
Sin ningún cerco del hombre sin nombre, que me hizo ser cometa.
Busco, acaso busco la nobleza de la infancia que viví. 
Un "ser y estoy aquí" porque respiro y vibro. Un verdadero motivo de mí y un amor cognitivo que me deje latir sin que las pequeñas diosas que contemplan mi camino, tengan que decirme: "esto no lo tomes", "esto no lo elijas", "esto es otra herida"

Busco, tal vez lo que busco es; un abalorio de rarezas insólitas que me dejen vestir junto a otra piel la aurora, la sed de mar, horizonte y soledades, para arrancarnos del pecho a los cautivos.  

Y así volar contigo, jirón libre de mí, caucásico rumor de libertad sin cuerdas; sacar la voz al viento para decir adiós por siempre a todos los pro-hombres, a todos los desiertos,  a todos los desguaces de amor en blanco y negro.

Busco, ya solamente busco poder latir aquí y ahora al unísono contigo, con los sueños intactos y de estreno, con el camino en blanco a por los sueños. Con el Pegaso cierto de los años y de sabernos al fin a salvo. 


Y sé, que sólo busco...
Porque tantas veces de trapo yo rota, quebrada niña vencida... 
Yo muñeca en las horas, quimera de amor, hechicera sin mago. Yo cáscara, ceniza, sal, lágrima y piel, dádiva y lava de amor. Pasajera sin pasaje. Yo, sin ateroma de culpa. Yo en la voz que me desnuda. Yo, ama del abandono. 
Desnuda yo de todo lo que al fin logré morir en mí. Y al fin muerta de aquella y de todo lo que no me conecta con la vida, el árbol y la rama, sigo buscando y sin saber bien lo que busco desentierro poemas del lodo, abandono la pose del No y la resistencia.
Por que al fin, hoy... 
Rota muñeca, yo. Rota niña azul de carne, hueso y trapo. Rota cometa de blanco y raso vuelo. Libre ave de paso en mujer de mí o del aire... 
Por fin: me miro compasiva y me construyo. 
Me pinto los ojos del espejo y me voy resumiendo entre sonrisa y silencio, a trazos. 
Y a día de hoy: escribo, arriesgo, asumo. Pinto una vida a mi delirio. Vibro, elijo, respiro y al fin por fin:                                                                          me Amo

2 comentarios:

Rafael dijo...

Quizás somos muchos los que buscamos a ese "muñeca rota", a "esa niña de azul", a esa "princesa de los cuentos"... Pero así es la poesía.
Un abrazo.

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Encontrarse en la palabra, adivinarse en un verso, pero ser, ser y amarse eso es lo que ha de priorizar siempre, siempre :) Besitos Mayde