lunes, 21 de marzo de 2011

"Aire", un poema maravilloso de Sofía Serra


"Teide y altocumulus lenticularis" 

Imagen de Josep Tomás, "Thundhershead" en Flickr





“Aire” 
un poema de Sofía Serra
del poemario “Los parasoles de Afrodita”

No está de Dios, no es del alba sino de Dios, 
ni el sino,
ni el alba que embate sobre la que ya no domino dominar.
No está de Dios, yo soy él, o sino, o el sinvivir en paz 
de alma y percha de la que me cuelgan, asomada al tranvía del deseo
que pasa y que pasa... ¿qué pasa, Dios, que no estoy de ti o de mí?,
o el alba de la nada del no estar de ti,
cama-león-a destiempo de este mundo con tantos colores.
...¿Y qué traspiés llevo yo a cuestas
que por más que te persigo nunca alcanzo 
mi suerte medusa, el alba transparente varada en la arena?
... Ay, ¿para qué tantas orillas? ¿Por qué edificáis
con tanta inoperancia los límites licuados del aire?

Arranca, arranca, marea brava, llévame a esa muerte
que llaman, mi agua-fuerte,
mi bajamar de soldado herido
aquí sobre este calvario eterno con la cruz a cuestas, 
con el farolillo inverso
intruso en la entrepierna. 
Aquí, metiendo siempre la justa pata donde más estorba.
Aquí, terqueando. 
Siempre en torpe, torpe, torpe mirada:
A ver cuando inventan una cámara
que me enganche con el tiro de la buena estrella.

Yo, alba de ti, no dejaré de replegarme para que tú ilumines.
Pero no me sabía espejo.
Soy célula-espejo tal como fingí.
El espejo no tiene nada, ni buena estrella, ni tiempo, ni luz: ¡la nada!
Y a ver qué hago contigo, latido, a ver qué hago sino martillearte
hasta convertirme en la retro-figura de Poe.
¡Que no quiero oírlo!
No, que no te renegué, Amor, ¡no!... ¡dime cuándo!
Está de ti. Dios y yo no somos nadie, o se me borró el nombre.

Ésta es la cruel disputa entre mi bravo soldado y la bestia.
Pensar para abastecer sin ojos
en este cerebro
perdido
de las migas que fui dejando por el camino, y tú,
que sólo te ensueño leve, portento irrisorio sino fuera
porque la fuente
bate agua
y ciclámenes
en lugar i-correspondido desde el ¿que fui?
hasta el bravo amor ya justo de 
dame aire, dame aire-amor que me ahogo,
dame aire y justo viento salado y ubre de cielo desde abajo,
que la bestia me ha mordido
en la ingle y yo ya no siento. Ni odio, ni muerte, ni agua, ni batalla.
Aire.



Sofía Serra Giráldez


tomado de su blog:

2 comentarios:

Alonso de Santa Inés dijo...

Cuánta belleza y dolor, los sínodos de esta vida, y cuan torpes, Como bien dice el verso, cuan torpes, torpes... Es precioso, gracias por compartir letras nobles siempre. Que tengáis, M.M. y A.C. una gran semana. Un abrazo!

Sofía Serra dijo...

Mayde, amiga, me conmueve que te haya gustado y te hayas tomado la molestia hasta de recitarlo. Un gesto que siempre te agradeceré.
Un besazo enorme
( y buen finde, ;)