domingo, 2 de febrero de 2014

Volver a un Sur constante...



Volver a un Sur constante... 
Al antes del amor y la sangre.
Al instante preciso, donde mora la alondra en boca de la niña.
Al corazón de la tierra mimada,
por la piel pura del verso.
A mi abuela, María, guardando los jazmines 
para que abrieran mi pecho en el azul de la noche.
Al frágil recuerdo, que inhalan e invocan mis sentidos;
al corazón del vértigo, al avance en el paso, al riguroso gesto.
A decir y consentir con la boca infinita, etérea y voladora:
"Julio Romero de Torres, pintó a la mujer morena"...
Hoy, me he vestido en su tierra y Soy la mujer morena.
La hembra del Sur moruno, que brota, en cada gota de mi sangre...
La del lunar en la boca y un enorme pañuelo,
símil reflejo de mantilla andaluza...
...Siento que... ¡Quiero una!
Para ser el garbo entero
minando las luces y el silencio 
de la Judería...

¡Ole risa...!
¡Adiós Mediterráneo, mi Sol-Grande-Adoptivo...!
He dejado tan lejos mi casa y mis percances,
para recomenzar libre y desnuda al tiento y latir del Sur.
Para hablarle a mi Sur de la esperanza y otear en el aire:
dónde hospedar mi ternura,
mi todita, todita verdiroja sangre...
Mi carne de Ave-Río,
mi avena más silvestre, 
mi mar y mi amapola.
Mis cautas soledades, 
tan desamparadas...

Córdoba me habla de sueños consentidos, 
de estrellas y luceros de viento, 
de hombres y mujeres que labran por sí mismos
la prodigiosa rueda del destino.
De corazones de jungla azules e infinitos, 
en rima con la vida.

Habla, este aire:
de darme y DARME verdadera en lo que soy y siento
a quien SÍ deba...
Regresa la sapiencia de mi primer amor,
la impronta y el lugar donde yo era libre 
y él fuego en mis manos.

Levanto esta mañana, con alas en la boca.
Ahora sí soy blanca en palabras de nadie, sencillamente mías son...
Quiero ese amor sin peligro y una negra mantilla bordada
para lidiar mi sangre aquí mismo, frente a frente 
la vida con mi Sur abierto...
Que vuelvan ya mis fuerzas, 
que emerjan mis sentidos
y el cuerpo de mis sueños 
a la luz venidera de los días...

Hoy andaré las calles:
subiré a la Mezquita y él estará lejos, 
¡Tan fuera de mi Sur... !
Que no tendré en los dedos la magia suficiente 
para abarcarlo desnudo y darle un solo beso.

Él, que aun no presiente mi deseo, 
ni sabe de mi fuerza acaudala 
a costa de intentos y tesones.
De mi solamente boca apalabrada,
para alcanzar esos sueños, 
que en otros son mero aire.
Él que aun no ha visto; 
mis manos púrpura, de niña ardiendo,
creando al mismo tiempo
la luz, el fuego y el delirio.

Hoy, no camina conmigo.
Debe estar respirando frente al mar, desde el vientre.
No creo, que venga aquí a leerme...
Pero abrirá sus brazos acariciando el aire,
se llevará las palmas al centro de su pecho,
respirará de nuevo su corazón y el mío...

Tal vez a mi retorno...
A mi beso, a mi sueño,
a mi vientre universo
o a mi voz:


en él...
vibre el anhelo 
de mi nombre

"mujer de aire"
© Mayde Molina





1 comentario:

Rafael dijo...

"...Hoy andaré las calles..." y soñaré despacio...
Un abrazo y feliz domingo.