
Tenía yo 9 años
y una pluma roja entre las manos,
se deslizaba como hechizada;
quería trazar pensamientos
que venían de esos sueños
traídos por mi niña de aire...
y una pluma roja entre las manos,
se deslizaba como hechizada;
quería trazar pensamientos
que venían de esos sueños
traídos por mi niña de aire...
Pero eran muy pocos los años
y muchos los recuerdos
que plasmar sobre el papel.
Por eso entonces,
sólo pude escribir tu nombre: María.
y muchos los recuerdos
que plasmar sobre el papel.
Por eso entonces,
sólo pude escribir tu nombre: María.
Aún me abrigo en la nostalgia
de tus ojos transparentes
velando cada espacio de mi niñez,
cada caricia que me diste
y las tardes de cuentos,
junto a la chimenea.
de tus ojos transparentes
velando cada espacio de mi niñez,
cada caricia que me diste
y las tardes de cuentos,
junto a la chimenea.
Ángel con las pupilas
rotas de tanta lluvia,
manos ajadas,
al compás trémulo del tiempo.
rotas de tanta lluvia,
manos ajadas,
al compás trémulo del tiempo.
Mirada azul como el cielo,
de aquel pálido lienzo,
que ni el mejor pintor hubiese podido plasmar,
por no saber que matiz escoger
si a cada sorbo de luz que bebían,
de aquel pálido lienzo,
que ni el mejor pintor hubiese podido plasmar,
por no saber que matiz escoger
si a cada sorbo de luz que bebían,
tus ojos se transformaban.
Tenías fuego,
fuego y brisa en la mirada
y arrugas junto a los labios
que tanto dolor silenciaron.
fuego y brisa en la mirada
y arrugas junto a los labios
que tanto dolor silenciaron.
Recuerdo aquellos días,
en que escondías tu pequeña fortuna
tras el mueble de la alacena.
Sin que el abuelo supiese,
que eras tú, la que pintaba de azul mis alas.
en que escondías tu pequeña fortuna
tras el mueble de la alacena.
Sin que el abuelo supiese,
que eras tú, la que pintaba de azul mis alas.
Me conmuevo pensando en los silencios
que nadie más que tú supo ver,
en aquellos sueños, que por ser de aire,
eran tan frágiles,
como una luna de diciembre.
que nadie más que tú supo ver,
en aquellos sueños, que por ser de aire,
eran tan frágiles,
como una luna de diciembre.
***
Yo quería contar cuentos como tú,
pero sólo tenía 9 años cuando te marchaste,
cuando juntaste todas las monedas
y me compraste aquella pluma roja
con la que hoy al fin, puedo escribirte.
pero sólo tenía 9 años cuando te marchaste,
cuando juntaste todas las monedas
y me compraste aquella pluma roja
con la que hoy al fin, puedo escribirte.
Ahora que vuelvo a ser
tu dulce niña de aire y fuego,
que sueño versos al anochecer
y recuerdo tanto
tu recuerdo
tu dulce niña de aire y fuego,
que sueño versos al anochecer
y recuerdo tanto
tu recuerdo
*****
mayde molina
mayde molina
... a mi abuela María...


Imagen: "puente del atardecer"
de Josep Tomàs
2 comentarios:
EMOTIVIDAD, SENSACIONES...!
ABRAZO_INMENSO!
MALE.
Gracias Malena,
otro abrazo gigante para tí
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