viernes, 21 de noviembre de 2014

Porque hoy...

* Luces de Navidad colgadas a finales de octubre en Barcelona
Porque hoy vengo a  contaros que el mundo tendrá  más frío cuando llegue diciembre y  regrese la suerte de no poder labrar un cielo digno. 
Un techo sostenible para los desamparados. Porque se están anunciando en miles de colores las luces comerciantes de  la “otra Navidad” y nadie asoma al mundo a repartir el pan y el vino de los feudos. A decirles que coman y comulguen de sus propios pecados. Que entreguen lo robado y paguen con la sangre por sus culpas… 
¡Qué lleven a sus hijos a las colas del paro y pongan en sus manos, tan blanquísimas, la fría dote de la espera y la angustia…!
¡Qué empiecen de una vez por todas las luces y los días de las revoluciones! Porque hemos tardado demasiado y nos están robando la vida.
¡Qué vuelvan los herederos del 15 de mayo a esta blanca batalla,  cuando llegue diciembre y huele el pueblo a miedo!
¡Qué se llenen las plazas y las avenidas! 
¡Qué se apaguen las luces blancas y amarillas!_ porque no ha de haber Navidad si no existe alimento y hogar para todos.
¡Qué sea un grano el gesto y una montaña el intento a sabiendas de que juntos podremos lograrlo!


Qué no sigan imponiendo su norma, las sucias bocas y manos de los que agotan, de los que abrasan, de los que rompen y envilecen la tierra que nosotros amamos. 
....El mundo que ha de seguir levantando del suelo a los vencidos.
Y si no es mucho pedir, también me pido:
¡Qué me traigan de vuelta a Salinas, a Lorca, o a Machado!
¡Qué vuelvan los quebrados, los rotos, los forzosamente huidos! O en su falta de ellos otros mismos, con la palabra azul y el Sur frente a los ojos.
¡Qué regresen las fuerzas de mi infancia a aquel patio andaluz dormido entre olivares! 
¡Que no deje jamás mi sangre y mi recuerdo a mi tierna y dolida madreabuela! 
¡Que el furgón de la pena me devuelva el fusil y al abuelo sesgado!
Porque de ellos se contagiaron cada uno de mis gestos. Porque en ellos… 

Fue mi madre, mi carne, mi linaje. ¡Mi cuna! mi más llana esperanza quedándose desnuda ante el desamparo.


¡Qué perduren conmigo por siempre y en mi voz vivan los míos 
porque en ellos, yo soy la de ahora!   

                      Yo, sigo siendo: la rebelde y la roja incendiada.


La incansable, la acusadora y la eterna  guerrera de las causas del alma. La madera del árbol caído y la mujer del aire y la herida.


LA BOCA, que ahora,  os está llamando a la  vida


¡A la VIDA! a la vida...


... o al duro tumulto ¡de las barricadas!



1 comentario:

Rafael dijo...

Parece un grito de rebeldía.
Un abrazo.