sábado, 1 de noviembre de 2014

MEMORIAS DE AIRE... "De los hombres herida"


Memorias de una mujer de aire

Nunca antes hablé de los hombres herida. Quiero decir, nunca expresé en palabras el porqué de la "mujer de aire"
Ese conjunto de memorias que me lee una vida que viví, que ahora entiendo que fui. La que tuve ensoñando o amando sin fronteras. 
El verdadero origen y principio de la "mujer de aire". 
Una mujer que ya no existe en mí. Al menos, no en su estado puro. 
Esa mujer, que se sentía feliz, solamente cuando amaba. Una mujer que era simplemente la raíz del sentimiento: amar para vivir. 
"Para no morir de inviernos"_me decía a mí misma_ "Amar para existir"
Ahora que no amo como ella, no tengo demasiado que decir...
Sigo escribiendo poemas. Sigo firmando como "ella" porque no necesito o deseo hacer constar en ese lugar mi nombre. 
Pero realmente ya no soy ella, aunque aún le deba tanto. 
Sé que nunca había hablado de "los hombres herida" pero  hace muy poco tiempo que me encontré con uno de ellos y empecé a pensar que tal vez sería bueno escribir ésto, para dejar en algún lugar hermoso mi "pasado de heridas" y al mismo tiempo, devolver a su lugar precioso a mi mujer de aire, llegando a comprender por fin el porqué, porqué y porqué. 
Volviendo atrás; hace muy poco tiempo me encontré con uno de "mis amores herida". Uno al que hace ya varios años, quise demasiado y antes de...
Ahí comprendí que es donde nace el principio de la herida. En el lugar en que empiezas a amar profundamente antes que ellos.
Creo, o al menos así lo siento, que el espíritu de la mujer está siempre más predispuesto a la profundidad y a la entrega del amor y por lo tanto también se ve más expuesto a sus múltiples desatinos. 
Pero volvamos a él...
     
Está sentado en la terraza de un bar, fumando un cigarro, con la mirada perdida, tomándose una taza de café sorbo tras sorbo.  
No quiero que él me vea, ni tengo intención alguna de saludarle o ponerme a hablar con él.Me escondo en una esquina para observarlo.
Me parece tan extraño que esté tan cerca de mi barrio... 
Tal vez siempre estuvo ahí desde que vino a vivir a Barcelona por ella.
Quizás la casa de ella, está muy cerca de mi casa. 
Lo observo de lejos. Parece que escribe. Otra vez, febril,       desaliñado, nervioso. 
Está muy diferente a como yo lo recordaba. Aun así, sé que es él. Aquel poeta endiosado que jugaba al amor sin jugarse la partida, para ver si le amaban a él primero, tal como él quería, antes de ponerse en el mínimo riesgo de exponerse a perder... 

Yo lo hice. 

No me preguntéis por qué. 
Creo que en el fondo, me enamoré del hombre que él escribía. El hombre que realmente no era y debía crear para sobrevivir en el mundo.
Después de él, también me prometí a mí misma no volver a enamorarme de un poeta.
En el fondo, siempre hay una intuición por encima de todo. Una intuición que nos está diciendo a gritos lo que no debemos hacer. 
Pero yo no le hice caso y es ahora, cuando me está enseñando aquella herida la verdadera tez del egoísmo humano. 
Aunque esta vez lo aprendo ya reconstruida, ya a salvo y otra vez de vuelta a la que fui antes de la mujer de aire. 

Volviendo a la historia del reencuentro...
Había oído de amigos comunes que él, últimamente, lo estaba pasando francamente mal. 
Parecía que esta vez las heridas se habían girado contra él. Daban la vuelta, contra él. 
Pero no era mi herida, ni mucho menos. Jamás hubiese sido capaz de hacerle daño. 
Mi único daño fue escribir todo lo que necesité escribir para salvarme de él y de mi duelo en aquel tiempo. 
Es más, hubo una época en que aun estando muy jodida por él, vivía en la tontez absurda de sentirme responsable también de su dolor. 
Y me pasaba eso, precisamente cuando leía todo el dolor que él escribía en las redes sociales o en su blog. 
Lo leía y seguía sufriendo por él. Me preguntaba a mí misma si no habría tenido suficiente con "nuestra historia" para aprender de una vez a amar un poco mejor. 
Y así, le seguí leyendo durante mucho tiempo después de haber finalizado en fracaso nuestra relación. 
Es lo que tiene enamorarse de un poeta; aunque no estés con él no vas a poder dejar de leerlo, o al menos, yo  por entonces no podía.

Entiendo y respeto a todo aquel que escribe, porque a mí misma escribir me ha salvado varias veces de acudir a la consulta del psicólogo o incluso del psiquiatra. 
Las relaciones humanas son un camino difícil de recorrer. Un lugar donde vivir, experimentar, aprender e intentar crecer, si uno puede. Sé, que uno siempre puede.
Hay espiritualidades que nos hablan de la ley del karma y el Darma. 
A mí me gusta más hablar de aprendizajes. 
Si nunca te han jodido, no sabes cómo se vive ahí, en ese lugar, y por lo tanto; probablemente, no vas a llegar a comprender que no es un buen camino de elección en el territorio del amor. 
Incluso, puedes correr el riesgo de dañar a otras personas, siendo ignorante de lo que puede llegar a destrozar a un ser humano ese dolor vivido cuando se ama. 
Por lo tanto, no voy a decir que sufrir sea bueno pero sí que te construye y te obliga a ser un ser más honesto, una mejor persona. 
Siempre nos han dicho: "La vida te traerá más de lo mismo hasta que aprendes la lección"   
Pero esta vez mi querido y endiosado poeta, había tropezado con una "piedra gigante", infinitamente más dura que él. 
Esta última vez había sido una mujer la que lo utilizaba, lo ultrajaba, lo abandonaba a él. 
Una mujer de la que verdaderamente se había enamorado. Una mujer por la que él había cambiado el rumbo de su vida, incluso se había mudado de ciudad y por supuesto de trabajo...
Por el aspecto con el que me lo encontré, ya estaba empezando con la tarea de reconstruirse. Estoy casi segura, de que algo mejor saldrá de su proceso. Aunque, realmente, nunca lo sabré porque ya hace bastante tiempo que dejé de leerlo. 

Hubo dos hombres herida más, después de él. 
Siempre ha sido lo mismo. Siempre he escrito muriendo un poco en silencio, para tratar de salvarme de nuevo. 
Siento que cada uno de ellos me ha hecho envejecer, huir o encadenarme. Pero sobre todo: me han hecho perder a mi mujer de aire. 
Por ellos debo haber madurado un siglo. He vivido aprendizajes que no voy a volver repetir. 
Ya sé que también dicen: "Nunca digas, nunca jamás",  así que si alguna vez, algún asomo de esa intuición a la que tantas veces he hecho oídos sordos me dice: que no debo intentar, permanecer, o vivir una posible historia, aún sin saber el porqué, voy a intentar obedecerla y no volver a caer en lo mismo.

Estoy escribiendo ésto para mí y para todo aquel a quien pueda servirle. Sé que es muy largo para un blog, pero en fin...

Ahora, para sobrevivir al hombre carezco de ensoñación futurista y de también de tantísimo-tontísimo altruismo, como en un pasado derroché. 
Imagino que después de las múltiples heridas, he aprendido al fin a amarme un poco más y a respetarme mucho más que en la época de la súper mujer de aire.

Soy un espíritu libre, no pertenezco a nadie. Ni siquiera a mí misma, lo cual me hace también un poquito más libre de mis egos. 
Ahora, solamente soy capaz de amar en el mismo y preciso instante que siento que el amor lo hace conmigo. 
Con la piel, con el corazón y la mente, con la sapiencia de la herida a cuestas y con la mujer verdadera e instintiva. 
Ahora sólo amo con el amor y al unísono con él, pero nunca antes de...

Por eso, ya no suelo precipitarme . Simplemente porque me conozco mejor y sé lo que No quiero y sé, que en épocas de reconstrucción la soledad es un buen paraje.
Y aunque ella "la mujer de aire"  ya no viva en mí, sigo bendiciéndola desde mi niñita aérea y sigo también respetándola en el verdadero corazón que representa la mujer de aire, porque ella fue la que me hizo, finalmente, llegar hasta este instante.

Gracias, a los que seguís asomando por aquí.
Os dejo aquí mismo esta imagen de mi chica de aire, 
de hace ya un pequeño-gran tiempo aquí en el blog





2 comentarios:

Rafael dijo...

¡Cuántas veces a lo largo de la vida construímos una imagen casi idílica de una figura que simplemente es humana...!
Un abrazo especial en este día.

Laura Caro Pardo dijo...

Te quise entonces, amiga, y te quiero ahora. Eres maravillosa en todos tus yoes.

Un abrazo, trilli. Y a disfrutar la vida en el aire o en la tierra, en el fuego o en el agua....

¡ Es tan corta...!