lunes, 9 de junio de 2014

Cuando vuelvas...





Cuando vuelvas, amor, a alzar las alas.
Cuando quieras mirarte en mis aguas o en mis ojos profundos del mar...
Cuando tú y solo tú, decidas regresar del mundo de las mieles y los goces y pronuncies despacio mi nombre y el viento sea propicio o exista una ciudad que nos recoja... 
Cuando puedas trazar tu libertad con mano propia y sea toda ella, la dádiva que entregues y alguna vez elija: danzarnos en la danza universal, de tu planeta de agua y mi mujer solar.
Cuando pueda mirarte al menos un instante y no me sobresalte
con su instinto y su rugir del vientre, la leona. 
Ni se me rompan los sueños al mirarme en tus ojos, con mi falta de azul.
Cuando seas solo tú el que tal vez, un día; me vista y me comprenda o al menos, intente mirarme vacío de mundo y pueda aún así volarse en un segundo hacia mi boca...
Cuando no sea necesario, para mi niña hambrienta, pensar si somos dos o somos uno. Si fuimos de otro tiempo, la piel de otras historias y vengas con tus dedos a romper mis renglones y deje de vivir en mi abalorio, de causas y memorias pasajeras tan solo por un sueño...
Cuando deje de habitarte en mis paisajes, a cualquier hora del mundo y aprenda a soñarte sin Beso, ni Universo, ni Futuro preciso e inmediato.
Cuando vuelen mis dudas hacia Marte y regresen las hondas primaveras a calarme y a hacerme de la hiedra.
Cuando vengan a entregarme la fuerza necesaria, para decir cuánto te amo y me atreva a pronunciarlo frente al riesgo, de quedarme al desnudo y sin verbo, solamente de lluvia, simplemente vencida , o de brisa en tus ojos...
Cuando no sean los versos, los que siempre te rocen sin tocarte, mientras mis manos juegan a dibujar dos lienzos, o mi niña-soledad se empeña en trazar sus delfines para decir "te amo".

 

Cuando vuelvas, amor...
Si es que vuelves, un día. Si es que quieres vivirte,
en piel de la mujer cometa.
Cuando digas a mi oído palabras, como yo las he soñado y se amarren al silencio de mis pechos, como un templo al amor.
Cuando sepa mi voz: reconquistarte y mi libre albedrío se intente de tu luz. 
Cuando deje por fin mi abecedario; de derrochar su tiempo, derramando mi incendio en la poesía y quiera y me prometa a mí misma: curarme de este insomnio y regrese la paz a mi equilibrio y al corazón mi fuego... 
Cuando tú me preguntes cómo duermo y solo te respondan mis labios con el beso y seamos dos viajeros del tiempo y vuelen mariposas con nosotros al bosque de la luz.
...Cuando tú, cuando yo...
Cuando vuelvas, amor,
y me pronuncies
y pueda al fin 
salirme
del verso y de la voz
de la mujer cometa...

"mujer de aire"




1 comentario:

Rafael dijo...

Cuando todo eso suceda se habrán cumplido muchos sueños. ¡Seguro!
Un abrazo y feliz jueves.